El buen funcionamiento de una empresa de ingeniería depende de manera directa de la eficiencia del equipo de profesionales que en ella trabajan. Las compañías de este sector suelen lidiar a menudo con proyectos de gran envergadura y complejidad técnica con fechas de cumplimiento marcadas por el cliente. En estos casos, es esencial un alto rendimiento del equipo de trabajo para la consecución de los objetivos empresariales y con ello de los beneficios económicos correspondientes.
La eficiencia en el trabajo de una persona o equipo es una variable compleja en la que entran en juego muchas otras características cuya medición puede resultar en gran parte subjetiva. Elegir un sistema o método de evaluación de desempeño que permita medir de manera objetiva el rendimiento de un equipo de profesionales es una tarea complicada para los responsables de departamento. Sin embargo, resulta totalmente necesaria para optimizar la productividad de la empresa y garantizar el cumplimiento de objetivos.
En este post, te contamos cómo llevar a cabo un seguimiento del rendimiento de tu equipo de ingenieros de manera objetiva:
Si quieres medir la eficiencia de un equipo de ingeniería, una de las variables más importantes a considerar será la productividad individual de cada profesional. Estaremos de acuerdo en que el trabajo en equipo es algo mucho más complejo que la suma de los individuales, pero no debemos negar el hecho de que un empleado de rendimiento medio-bajo puede ser un eslabón que deteriora toda la cadena. Por ello, es esencial detectar los casos particulares de rendimiento no acorde al esperado para establecer medidas de mejora.
Para ello, la técnica APO o de administración por objetivos puede serte útil. Esta se basa en la asignación de una lista de metas y objetivos a cumplir a corto plazo para cada integrante de un equipo. Para poder evaluar la eficiencia de cada trabajador dentro del grupo, será necesario que estas metas guarden relación directa con las tareas que normalmente desempeña el ingeniero en cuestión dentro del equipo.
Las distintas metas u objetivos asignados a los ingenieros han de ser específicas, concretas, alcanzables, realistas y medibles y han de tener un tiempo límite de ejecución. Una vez asignados los objetivos, la técnica APO sugiere el establecimiento de un calendario periódico de revisión-evaluación, de tal manera que se siga el progreso en el tiempo. También será de ayuda concertar reuniones de retroalimentación con los distintos profesionales, para identificar y establecer medidas de mejora.
Una vez evaluados los profesionales de manera individual y establecidos los medios para subsanar sus problemas de rendimiento individuales, será necesaria una valoración del equipo de trabajo de manera global. Ésta resulta, si cabe, más complicada que la anterior, puesto que aquí entran en juego una gran cantidad de variables que van más allá del trabajo de cada integrante. Ejemplos de ello podrían ser tales como la calidad de la comunicación entre los ingenieros, el grado de solapamiento entre tareas, la calidad de la autogestión y autorregulación por parte del grupo, la sincronización entre los profesionales, etcétera.
Para llevar a cabo este proceso de evaluación, puede serte de ayuda elaborar un “cuaderno de bitácora”. En este caso tú mismo como responsable de departamento, o en su defecto, una persona que escojas en calidad de “evaluador”, ha de llevar a cabo un seguimiento diario y cercano del trabajo del equipo. Se debe crear un registro de las diferentes labores realiza el grupo, de cómo se distribuyen estas entre los ingenieros y sobre todo, de los tiempos y niveles de interferencia entre tareas, así como de las causas de “parón” entre las distintas fases ejecutadas por distintas personas.
Otros detalles tales como la claridad de las peticiones entre unos trabajadores y otros o su grado de conocimiento de la parte del trabajo que tienen que realizar serán también de ayuda para la evaluación grupal. Para que este proceso resulte lo más objetivo posible, puedes establecer unas rúbricas o escalas de evaluación graduales de manera previa que te ayuden a identificar el nivel de calidad de los procesos en los que interfiere más de un profesional.
De manera paralela a las dos evaluaciones anteriormente mencionadas, la evaluación de las competencias de trabajo individuales y en grupo también nos dará pistas para llevar a cabo la medida del rendimiento que un equipo de ingenieros está desempeñando. Se trata de evaluar las habilidades básicas (tanto técnicas como interpersonales) que se consideran fundamentales para el desarrollo de cada puesto dentro del equipo. De esta forma, se pueden identificar las carencias de competencias individuales y en grupo para establecer medidas de mejora.
Te recomendamos que, para llevar a cabo esta evaluación diseñes actividades individuales y dinámicas de grupo enfocadas al trabajo de aquellas habilidades que quieras evaluar.
Una correcta evaluación de la eficiencia de tu equipo de ingenieros puede reportarte información muy valiosa para conseguir una optimización del rendimiento de los proyectos en los que os embarquéis. No esperes más para ponerla en práctica.