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La evolución del material rodante ferroviario

Escrito por Structuralia Blog | 24-nov-2015

La necesidad de transportar cargas a grandes distancias llevó al ser humano a la construcción de una serie de máquinas con ruedas que ofrecieran y facilitaran esta posibilidad de transporte sobre una serie de carriles férreos.

 

Hoy en día, el material rodante ha sufrido una gran evolución, con todo tipo de cambios para que el transporte de tanto mercancías como personas se realice de la forma más rápida, segura y cómoda posible.

Tras el descubrimiento, por James Watt, de la máquina de vapor, Richard Trevithick construyó la primera locomotora de vapor, impulsada por la acción del vapor de agua y destinada al transporte de viajeros, aunque también transportaba acero. Esta locomotora tenía un solo cilindro, circulaba a una velocidad de 8 kilómetros por hora y podía arrastrar 5 vagones.

George Stephenson, en 1825, construirá una potente locomotora de vapor, siendo la primera vez que se establecen tarifas, horarios y trayecto convencional. En el año 1830, en Inglaterra, se inauguró una línea encargada de unir Liverpool con Manchester, realizaba el recorrido a una velocidad de 16 kilómetros por hora. Aquí aparecieron las primeras señales colocadas a lo largo de la vía.

En los años posteriores se implantan ferrocarriles en diferentes ciudades del mundo: Alemania Estados Unidos, Francia, Bélgica, Canadá o Italia. La primera línea de ferrocarril que se construyó en España, data de 1848, y corresponde a la línea Barcelona-Mataró.

La primera línea férrea que utilizó energía eléctrica para funcionar se inauguró en el año 1881, en Lichterfelde, cerca de Berlín, en Alemania.

En los últimos años, los ferrocarriles han presentado cambios muy grandes, un ejemplo de ello son los trenes de Levitación magnética, que funcionan utilizando un campo magnético muy fuerte que les permite estar flotando mientras circulan, alcanzando velocidades que pueden superar los 500 kilómetros por hora.

Hoy en día, los trenes han evolucionado enormemente. La comodidad del viajero ha aumentado, ofreciendo prestaciones como conexión WiFi o tomas de corriente eléctrica en los asientos. La velocidad del material rodante ha aumentado, existiendo líneas de alta velocidad que nos permiten recorrer una gran distancia en tiempos que en los orígenes del ferrocarril hubiesen sido inimaginables.