La impresión 3D es una tecnología que trae consigo un sinfín de aplicaciones, entre ellas, el sector de la construcción.
Esta tecnología, que se viene desarrollando de forma más notable en los últimos años, puede simplificar la vida de las personas, permite crear objetos que utilizamos de forma cotidiana o crea elementos para diferentes tipos de maquetas. Pero además de estas aplicaciones más simples, este tipo de impresión está comenzando a ser utilizada para otros fines de mayor impacto en la sociedad, como por ejemplo en la medicina, con la fabricación de prótesis, en alimentación o en los sectores de la construcción y edificación.
En la construcción y edificación ya se han desarrollado algunos proyectos basados en la impresión 3D con los que, según los expertos, se consiguen multitud de ventajas respecto a los procedimientos constructivos actuales. En estos casos se han constatado una reducción de las emisiones de carbono a la atmósfera, así como de la cantidad de materiales empleados y del tiempo invertido en erigir la estructura. Adicionalmente la construcción con técnicas de impresión 3D no necesita moldes, por lo que se reducen significativamente los residuos producidos.
En la construcción mediante impresoras 3D se emplea una gran máquina (una macroimpresora) que puede combinar diferentes materiales como por ejemplo el cemento, diferentes residuos industriales (vidrio) y un componente de endurecimiento. Esta macroimpresora va colocando el material resultante en capas, según un modelo introducido por ordenador, hasta completar las diferentes partes de la estructura.
Uno de los proyectos de construcción mediante impresoras 3D más conocidos es un puente de acero sobre un canal de Ámsterdam, en Holanda, cuya ejecución está prevista para el próximo año. Para este proyecto está previsto emplear dos impresoras, cada una situada en un extremo del puente, que empezarán a trabajar desde su orilla correspondiente hacia la opuesta hasta que se encuentren en la zona central.
Recientemente también se ha anunciado la primera estructura en Europa que va a ser construida completamente mediante una impresora 3D. Será una sala de reuniones de unos 90 metros cuadrados. Esta sala se llevará a cabo el próximo verano en Holanda y tendrá un coste de unos 375.000 euros.
Otro ejemplo, ya construido, es un local de oficinas situado en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, que ocupa unos 250 metros cuadrados y ha tenido un coste de 125.000 euros. Para llevar a cabo este proyecto se empleo una impresora de unos 6 metros de altura, 36,5 m de largo y 12,2 m de ancho.
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