La Torre Inclinada de Pisa, en Italia, es el campanario de la catedral de Pisa y presenta una inclinación de 3,97 grados. La inclinación de esta torre comenzó al inicio de su construcción.
La Torre de Pisa estaba pensada para que fuese completamente vertical, pero comenzó a inclinarse poco tiempo después del comienzo de su construcción, ya que el terreno sobre el que se asienta es poco estable, está formado por arenas y arcillas.
Además los cimientos de esta estructura solo tienen 3 metros de profundidad, poco resistentes para una estructura de 55 metros de altura. Todo esto provocó que la torre se inclinara primero hacia el norte y posteriormente hacia el sur.
La Torre de Pisa fue cerrada al público en 1990, ya que la estructura se estaba inclinando a un ritmo de hasta 3 milímetros por año.
La Torre de Pisa: Monitoreo de su comportamiento
Hace pocos años un equipo de expertos consiguió que la torre dejase de inclinarse, empleando un complejo sistema de consolidación y nivelación del suelo. Además se instaló un dispositivo de monitoreo que permite observar milimétricamente el comportamiento de la estructura. En este momento la torre fue abierta nuevamente al público.
Gracias a esta actuación además se consiguió corregir en medio grado su inclinación, empleando 38 metros cúbicos de tierra.
Las obras de esta torre, de unas 14.700 toneladas, comenzaron en agosto de 1173 y su construcción tuvo una duración de casi 200 años, dividida en tres etapas: una primera, en la que se levantaron los tres primeros pisos (1173-1178), una segunda en la que se construyó hasta la séptima planta (1272-1278) y la última, en la que se finaliza la construcción (1360-1370).
Actualmente la Torre Inclinada de Pisa se ha convertido en uno de los puntos más visitados de todo el planeta.
