A medida que la metodología BIM va ganando terreno, los procesos constructivos van venciendo límites insospechados… De hecho, hoy en día estas soluciones permiten la construcción virtual de un edificio con toda la información técnica y física de cada elemento requerido en la edificación del mismo.
Y es que, como su acrónimo en inglés (Building Information Modeling) indica, se trata de metodologías y procedimientos de trabajo que hacen referencia a un único modelo de información del edificio.
De esta manera se hace posible un trabajo conjunto y colaborativo de todas las partes que conforman un proyecto de Arquitectura (constructores, arquitectos, ingenieros, interioristas, proveedores, clientes…) a través de una base de datos inteligente.
Todo ello, permite la optimización del tiempo y los costes, a la vez que el aumento de las ganancias durante el periodo que dura el ciclo de vida de la edificación…
Sin embargo, los motivos para aplicar la metodología BIM en Arquitectura son mucho más amplios y concretos:
Los distintos agentes de un proyecto pueden trabajar a través de una misma plataforma compartiendo y verificando datos (coste del material, timings de construcción, modificaciones del proyecto, etc), entre sí en tiempo real. Todos ellos tienen acceso a la información del trabajo arquitectónico, lo que permite aunar el desarrollo, la gestión y el modelado en un mismo sistema.
A través de BIM se hace posible determinar el impacto energético de los materiales que van a utilizarse en un proyecto de construcción. Esto, a su vez, hace más sencilla la apuesta por los edificios inteligentes y la arquitectura sostenible. Además, también es más fácil detectar errores y el trabajo colaborativo favorece el cumplimiento de los timings.
Mejorar los resultados y disminuir los riesgos es otra de las ventajas que ofrece la metodología. Eso sí, gracias al soporte de otras herramientas informáticas: desde programas de cálculo, gestores de modelo o modeladores hasta visores y motores render.
El BIM también favorece el ajuste y la optimización de los costes. ¿Cómo? Muy sencillo: estimando el presupuesto, ya sea a nivel global o de cada una de sus etapas, antes de que el proyecto se lleve a cabo.
La construcción virtual de un edificio en tres dimensiones supone que el visionado en tiempo real te informe de los posibles errores antes de que estos se cometan en la construcción física.
El hecho de que todos los agentes de un proyecto arquitectónico puedan consultar en tiempo real toda la información relativa al trabajo genera, a su vez, una mayor precisión en los datos. Además, cabe destacar la comunicación bidireccional que esto supone en todos los aspectos.
No cabe duda de que el BIM ha venido para quedarse… Es más, el éxito profesional de los arquitectos comienza a medirse por sus conocimientos y capacidad de aplicación de esta metodología. ¿Y tú? ¿A qué esperas para especializarte como arquitecto y dar el salto a esta nueva metodología de trabajo?