Existen muchos tipos de grúas, pues son muy variados los propósitos y los proyectos para los que se puede necesitar este recurso. En cualquier caso, para entender su funcionamiento y utilidad es importante conocer cuáles son las partes de una grúa y para qué sirve cada una de ellas. Con ese objetivo, a continuación, se mostrarán las características de las grúas torre y sus partes. Se trata del tipo más utilizado en el sector de la construcción.
Estas grúas presentan un funcionamiento discontinuo. Es decir, que se utilizan para elevar y mover cualquier clase de carga con la ayuda de un gancho colgado de un cable que, a la vez, puede ser desplazado tanto horizontal como verticalmente hacia donde se necesite.
Se trata de grúas orientables y giratorias, cuyo componente más destacable es la torre vertical que les da nombre, y que se une su base al resto del mecanismo.
Seguidamente se detallan las diferentes partes de una grúa torre.
Está conformada por estructuras metálicas trianguladas. Gracias a sus carriles, la grúa tiene capacidad para girar y desplazarse.
Son bloques de hormigón que se colocan en la contrapluma para disminuir la carga o el esfuerzo generado por la pluma.
Donde se colocan los contrapesos para contrarrestar la carga. Al igual que la pluma, la contrapluma se encuentra también unida a la torre, pero, en este caso, mediante una celosía.
Aguantan tanto la contrapluma como la pluma, y pueden ser de cable o de acero.
También conocido como castillete, realiza funciones de anclaje. Además de fijar los tensores, incluye escaleras y barandillas para permitir el paso de los operarios.
Está situada en la parte alta de la torre, y alberga tanto la pluma como la contrapluma. Gracias a la unión de todos estos elementos, la grúa puede girar hasta 360º. En ocasiones, la cabina de control puede estar ubicada en esta plataforma.
Bajo la plataforma giratoria y todos sus accesorios se encuentra la torre, formada por módulos. Este hecho hace posible ajustar la altura de la grúa en función de las necesidades.
Gracias al lastre la grúa se mantiene en pie, a pesar de su propio peso, del de la carga y de la intensidad del viento mientras se realicen los trabajos. Suele estar formado por una zapata o por bloques de hormigón situados en la base de la grúa.
Este elemento se mueve a lo largo de la pluma por medio de un sistema de raíles, y su altura se ajusta gracias a las poleas.
Sin ellas no sería posible realizar los movimientos de elevación ni de traslación. Existen básicamente cuatro tipos de poleas: laminadas, de acero soldado, de acero moldeado y de fundición nodular.
En el tambor se recogen los cables para desplazar las cargas y el carro. Los más usados son los tambores de una capa, aunque también existen modelos de varias.
Es un elemento clave, pues sirve para sujetar la carga. Su escrupuloso y seguro diseño será clave para evitar que se produzcan choques que puedan derivar en accidentes.
Según cuáles sean los movimientos que pueda ejecutar la grúa, esta dispondrá de más o menos motores. Normalmente, los que se utilizan son motores eléctricos trifásicos.
Son imprescindibles para limitar el movimiento, sea del tipo que sea. Existen diferentes clases de frenos: cónicos, de mordazas y de cinta.
Estas son las partes de una grúa fundamentales para su correcto funcionamiento. Para profundizar más en la materia, es posible acceder a los másteres para profesionales que se imparten en Structuralia.