Los principios de gestión de control de calidad son la base de la eficiencia que toda empresa debe llevar a cabo, tal y como ya mencionamos en la primera parte de esta serie de artículos sobre los principios de calidad en empresas de ingeniería.
En esta segunda parte del post, veremos los puntos principales relativos a auditorías, revisiones internas y certificaciones externas que un gestor de calidad debe conocer para incorporar a los procesos de su empresa.
Las organizaciones que se rigen por estos principios de gestión de calidad deben realizar revisiones del funcionamiento de su eficacia, de las actividades y los procesos que se ejecutan, así como de los propios procedimientos que se emplean para poder trabajar. Estas revisiones deben seguir un protocolo de actuación y estar planificadas aunque, bajo ciertas circunstancias, puede ser necesario realizar evaluaciones no programadas de ciertas actividades o proyectos.
Los principios que deben regir el trabajo del auditor son:
Las organizaciones deben establecer un plan de auditorías internas periódicas en las que se evalúe la adecuación de las actividades, proyectos o departamentos a la norma y al Sistema de Gestión de la Calidad (SGC).
Estas auditorías tienen por objeto obtener información acerca de si el área auditada es conforme con los requisitos propios de la organización y del SGC, de los requisitos de la norma internacional o estándar correspondiente, así como de si se implementa y mantiene de una forma eficaz.
La gestión de las auditorías se puede plantear como una gestión en diferentes niveles o capas de la siguiente manera:
Dado que la responsabilidad última de todos los asuntos relacionados con la calidad es de la dirección, parece bien lógico que la evaluación de la eficacia del sistema sea realizada por el máximo organismo responsable.
Esta evaluación determinará el grado de eficacia con la que su departamento está cumpliendo con las expectativas puestas en ellos, así como con la misión de la empresa en su globalidad, identificando debilidades y fortalezas.
La obtención y exposición de certificados externos supone que la organización que los posee cumple con cierta normativa o que ha superado una serie de controles o requisitos externos, en el ámbito que sea, y que ese cumplimiento ha sido comprobado por un organismo externo, el certificador.
En el caso de los certificados ISO, todos ellos van seguidos de un número que corresponde con la norma emitida por esta organización con la que se ha cumplido. Teniendo en cuenta que todas las normas ISO son de aplicación voluntaria para las organizaciones, la obtención del certificado debería ser un objetivo para aquellas empresas que han decidido cumplir con esas normas y así poder hacerlo público y lograr el reconocimiento deseado, quizá porque sus clientes objetivo imponen el requisito de estar certificados, o quizá sólo por propio sentido del deber.
En conclusión, los principios de calidad se basan en el control y registro de todos los recursos y actividades de la empresa en sus distintas fases, por tanto, la calidad del producto final dependerá en gran medida de la correcta y acertada aplicación de sus medidas adoptadas.
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