El proyecto Línea Amarilla, en Lima (Perú), consiste en la construcción de un conjunto de infraestructuras muy modernas que ayudarán a la integración de 11 distritos peruanos. La obra más representativa que existe en todo el conjunto es el túnel que pasará por debajo del río Rímac.
Éste tendrá una longitud de 2 kilómetros, con 26 metros de ancho y un gálibo de 6 m. La construcción de este túnel se empezó en el año 2011 y se divide en 3 fases: construcción, inundación y limpieza.
La primera fase, construcción, se realiza en los meses en los que el rio tiene menos caudal, de abril a diciembre, con la ayuda de un canal artificial provisional que es por el que circulará el río durante este periodo. Así en el cauce primitivo se puede comenzar la excavación y la construcción del túnel.
La segunda fase, inundación, tiene lugar en los meses de mayores lluvias y mayor caudal. La construcción se paraliza y el río inunda las obras. La estructura ha sido diseñada teniendo en cuenta esta situación, por lo que puede aguantar inundaciones sin correr ningún riesgo.
La tercera fase, limpieza, comienza cuando vuelve a disminuir el caudal. Es una etapa que incluye las actividades necesarias para volver a poner en marcha la construcción del túnel.
La construcción del proyecto Línea Amarilla busca mejorar notablemente la calidad de vida de los ciudadanos: aumenta la eficiencia y rapidez del transporte, y se ahorra combustible de los vehículos reduciendo así las emisiones de CO, CO2 y NO2. También mejora la seguridad con sistemas especiales entre muchas otras ventajas.
Además del túnel, en el proyecto Línea Amarilla se realizan 12 viaductos, 9 kilómetros de vías, algunas viviendas para todas las zonas afectadas por las obras y áreas verdes.