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Puente transbordador de Vizcaya, el primero en su especie

Escrito por Structuralia Blog | 07-mar-2017

“Puente de Portugalete” o “Puente de Palacio” son algunos de los sobrenombres que popularmente se han adoptado para designar el Puente de Vizcaya. A continuación, os contaremos con detalle la historia del puente transbordador más antiguo del mundo.


Corrían los años de la regencia de María Cristina, habida cuenta de la minoría de edad de su hijo Alfonso XIII, cuando se inauguró esta centenaria obra de ingeniería. Dicho evento tuvo lugar el 28 de Julio de 1893, convirtiéndose en uno de los grandes monumentos representativos de la Revolución Industrial en España.

 

 

Tal es su magnitud que, en el año 2006, la UNESCO decidió integrarlo en su listado de monumentos Patrimonio de la Humanidad, basándose en la consideración de que el Puente representa una adición estéticamente agradable al estuario de la ría del Nervión, así como una excepcional expresión de creatividad técnica que refleja una relación completamente satisfactoria entre forma y función.

La afamada Institución no se equivocaba: el Puente de Vizcaya (Bizkaiko Zubia en Euskera) consigue unir las localidades de Portugalete y Getxo sin interferir en el tráfico del que es, a día de hoy, uno de los puertos fluviales más transitados de Europa. Este hecho carece de importancia si no se tiene en cuenta que, para enlazar ambos municipios, se utiliza un mecanismo transbordador, circunstancia que aun recibe mayor envergadura si se conoce que fue la primera estructura en el mundo de esta tipología.

 

 

El diseño fue obra de Alberto Palacio y Elissague, quien confió la construcción de la obra al ingeniero francés Ferdinand Arnodin, experto en puentes colgantes de la época. Así pues, la estructura nace como resultado de la fusión de la efervescente ingeniería de puentes colgantes y de la utilización de vehículos mecánicos accionados mediante una máquina de vapor.

Esto posibilitó el traslado de pasajeros y de carga de un extremo al otro de la ría, garantizando un servicio regular de transporte y con un presupuesto razonable.

 

 

Aspectos técnicos

Ya conocemos su historia, ahora vamos a profundizar en algunos aspectos técnicos de este maravilloso símbolo ingenieril.

  • La estructura básica está formada por cuatro torres de hierro de 61 metros de altura, pareadas dos a dos a ambos márgenes de la Ría de Bilbao, que constituyen los pilares del Puente. Éstos, salvan una luz de 160 metros de longitud en su vano principal, que se sitúa a 45 metros de altura sobre la lámina de agua.
  • La estructura está armada íntegramente con piezas de hierro laminadas en taller y unidas entre sí mediante remaches al rojo vivo. Para su sustentación, el Puente utiliza 8 cables de acero anclados a más de 100 metros de distancia de las torres.
  • El travesaño horizontal superior, de donde cuelga el transbordador, posee 70 péndolas de acero.
  • El transporte de vehículos y pasajeros se realiza 365 días al año, las 24 horas del día, por medio de la “barquilla”, que se desplaza a través de los carriles del travesaño horizontal. La actual data de 1999 y dispone de doce motores eléctricos, aunque cabe destacar que originalmente se utilizó un sistema de tración por cables y poleas que se accionaba gracias a una caldera de vapor.
  • Como datos curiosos, cabe destacar que dispone de una capacidad para 6 vehículos y 200 pasajeros (divididos en dos habitáculos), pudiendo completarse con 6 motocicletas o bicicletas. La duración actual del viaje del transbordador es de 90 segundos, con una frecuencia de ocho minutos entre cada trayecto, el cual tiene un precio de 9 € con actividades turísticas.

Os dejamos un vídeo donde podréis admirar todo el encanto que desprende este puente colgante:

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