Ante una necesidad de las empresas de reorganizar sus estructuras, los roles de equipo permiten el desarrollo de funciones de forma coherente y efectiva.
En Structuralia, en nuestros másteres y proyectos de formación, queremos facilitar la comprensión acerca de las organizaciones dentro de un marco global, por esto la clave de nuestra formación se centra en que la dirección al interior de las entidades se ha transformado a lo largo de los últimos tiempos. El desarrollo sostenible, sumado a la búsqueda constante de la eficiencia, han llevado a las empresas a innovar conceptualmente con el objetivo de encontrar alternativas estructurales. Una de estas innovaciones es el concepto de roles de equipo, y en este post explicamos que son, y cómo pueden influir dentro de los procesos operativos y el desarrollo de proyectos.
Definimos a los roles de equipo como aquella identificación del papel que debe cumplir cada individuo dentro de una organización, bloque de desarrollo o grupo de trabajo. La identificación de estos roles permite dar respuestas a las múltiples exigencias que presenta el entorno moderno en el cual se desarrollan las organizaciones contemporáneas.
Ante una constante necesidad de reorganizar sus estructuras y reformular sus procesos operativos, la definición de rol de equipo le brinda a las organizaciones la posibilidad de formar adecuadamente al personal y descentralizar la toma de decisiones. También, nos permite gestionar el personal de manera eficiente, determinar responsabilidades con mayor facilidad y establecer modelos basados en la eficiencia.
La diferenciación de roles es crucial dentro de una entidad debido a que, para que un equipo de trabajo sea funcional, debe comprenderse que el desempeño es dependiente en gran medida del ajuste del individuo a su rol y a la naturalidad con la que este lo desarrolle. Múltiples investigadores de las dinámicas de las empresas han destacado la importancia de los roles de equipo, por ejemplo, Meredith Belbin afirma que los roles de equipo propulsan a las empresas debido a que:
Permiten gestionar las virtudes y debilidades del personal.
Garantizan a la especialización de los individuos en labores específicas.
Asegura que el trabajo en equipo se desarrolle de manera eficaz.
Genera compromiso por parte del individuo al permitirle a este identificarse con su rol y función dentro del equipo.
Tomando de nuevo como referencia a Belbin, podemos presentarte los siguientes roles de equipo:
Cerebro: Se caracteriza por ser un individuo altamente creativo, su enfoque se encuentra en la solución de problemas de manera poco ortodoxa.
Monitor Evaluador: Desarrolla su labor a partir de la manifestación de juicios imparciales y una visión lógica.
Coordinador: Toma el papel del administrador del equipo, es la persona que fija objetivos, aumenta el grado de participación y reparte tareas y funciones.
Investigador de recursos: Presenta una perspectiva diferencial al equipo mediante su conocimiento en aspectos externos.
Implementador: Transforma las ideas en acciones, planifica las estrategias y hace su desarrollo factible a partir de la transformación de las prácticas productivas.
Finalizador: Busca errores y aplica procedimientos enfocados a la garantía de la calidad. Da el toque final a las tareas.
Cohesionador: Es el diplomático, se caracteriza por unir al equipo de trabajo; facilitando así la convivencia y solucionando conflictos.
Impulsor: Es el motivador, a partir de su energía lleva al equipo a mantenerse concentrado y productivo.
Especialista: Aporta conocimiento especializado al equipo. Sus intervenciones se limitan a su campo de experiencia.
En conclusión, los roles de equipo permiten el desarrollo de funciones de forma coherente y efectiva. A partir de la aplicación de estos se puede esperar un rendimiento superior por parte de las entidades, por esto es fundamental el adquirir una formación que permita la comprensión y desarrollo especializado de estos roles y funciones.