Gestionar un equipo de trabajo de manera eficiente nunca es tarea fácil. Ante la puesta en marcha de un proyecto de ingeniería, independientemente de su envergadura, hay que tener en cuenta muchos aspectos más allá de la gestión económico-temporal. Llevar a cabo este tipo de proyectos requiere también administrar los recursos humanos, las comunicaciones, los flujos de información, el entorno y las interrelaciones entre estos. Y con todo ello ser capaz de gestionar de la mejor manera posible los riesgos y exprimir al máximo todas las oportunidades de optimizar la eficiencia que surjan en el trascurso.
Elegir la técnica más favorable para la gestión de un proyecto de esta índole es una tarea ardua y laboriosa. Sin embargo, una planificación adecuada puede reportar grandes beneficios al desarrollo de este, al aprovecharse al máximo los recursos de los que una empresa dispone.
En este post recogemos algunas herramientas y técnicas de gestión de proyectos para ingenieros cuyo conocimiento puede resultarte muy útil en el desarrollo de tu actividad profesional.
Ante la ejecución de un determinado proyecto, el Project Management se centra principalmente en tres dimensiones: la estrategia y valor de negocio, las herramientas de gestión y el liderazgo del proyecto en general, así como de cada una de sus partes. Todo ello para lograr un resultado final de calidad y en tiempo previsto, con un coste minimizado.
El Project Management se basa en una gestión predictiva, en la que existen unas necesidades, requisitos y restricciones bien definidas en primera instancia. Para conseguir estas necesidades se lleva a cabo una planificación de recursos mediante el desglose en las denominadas “líneas base” (alcance, plazo, coste). Esta planificación se va viendo alterada y reordenada a lo largo de la ejecución del proyecto mediante herramientas de seguimiento y control que permiten comparar los datos y estados reales con las líneas base establecidas. De esta forma, pueden llevarse a cabo cambios que permitan mejorar la eficiencia en aquellos puntos en los que no se esté consiguiendo alcanzar lo previsto.
Esta técnica es de especial utilidad ante la ejecución de proyectos de gran magnitud, puesto que permite el desglose en “subproyectos” más pequeños al frente de los cuales se designa un responsable.
Las Metodologías Ágiles de gestión han venido a revolucionar el panorama de trabajo ya no sólo en las empresas de ingeniería y tecnología, sino en cualquier compañía que se base en la ejecución de proyectos.
Frente a un enfoque tradicional basado en la predicción, estas formas de trabajo incipientes nos presentan un escenario de gestión basada en el “agilismo”. Esto es, en una constante adaptación a los requisitos, necesidades y herramientas de trabajo disponibles, que a menudo son variables a lo largo del tiempo de desarrollo de un proyecto.
La planificación mediante Metodologías Ágiles se basa, a grandes rasgos, en la división de un proyecto en fases o “sprints”, en cada uno de los cuales se establecen unos objetivos definidos que, una vez obtenidos, permiten el paso a la siguiente fase, la cual cuenta con nuevos objetivos. Se trata de un procedimiento de trabajo iterativo que, como principal ventaja, dota al proyecto de flexibilidad y adaptabilidad, posibilitando al cliente el tomar parte y aportar feedback en cualquier momento.
Las Metodologías Ágiles resultan de aplicación prácticamente en cualquier tipo de proyecto de ingeniería. Pero se posicionan como particularmente ventajosas ante proyectos de marcado carácter tecnológico, en los cuales la aparición continua de nuevas herramientas de trabajo puede suponer enormes beneficios para la optimización de este.
A estas alturas, es seguro que ya estarás familiarizado en mayor o menor medida con esta metodología, que supone enormes ventajas para la gestión de proyectos para ingenieros. Las aplicaciones BIM imitan el proceso real de la construcción, proyectándose mucho más allá del diseño puramente geométrico de una infraestructura. Se trata de un método multidimensional que abarca todas las fases del ciclo de vida de esta, ofreciendo una “plataforma” de trabajo colaborativo entre ingenieros, constructores, contratistas y demás figuras que toman parte en el proceso constructivo.
La Metodología BIM supone una técnica de gestión en sí misma, fundamentada en una base de datos administrada de forma cooperativa y vinculada al modelo geométrico que se corresponde en todo momento con la realidad.
La aplicación BIM abarca todos los proyectos de construcción y se está abriendo camino a pasos agigantados en el panorama actual de las empresas de ingeniería.
Conocer un poco más acerca de estas técnicas seguro que te será de ayuda. Como siempre, en la variedad está el gusto y en muchas ocasiones los resultados óptimos proceden de la aplicación de una amalgama de ellas. Dejamos en tus manos y en tu creatividad el sacarles el mayor partido.