Hay dos tipos de cimentaciones, las directas o superficiales y las indirectas o profundas. Se diferencian por la distancia entre la cota y el apoyo.
La cimentación se refiere al proceso de recolección de cargas de un diseño estructurado, anclándolas al terreno donde se pretende establecer.
Las bases resistentes son el resultado de unos cimientos dispuestos de forma correcta en el inicio de la construcción de cualquier estructura. Un adecuado procedimiento permite evitar complicaciones en el futuro, tales como un cortante.
No se realiza a la ligera el proceso de cargas en una estructura. Existen elementos que se cuidan mediante análisis previos que consideran: el peso, variables de carga viva y también prevén accidentes, como movimientos sísmicos que pudieran afectar la construcción ya finalizada.
Para ello, los ingenieros consideran aplicar estudios de suelo que den cuenta de las propiedades hidráulicas de la construcción, sin dejar de lado los estratos de apoyo, con estimaciones dentro de un esquema presupuestario que no descuide la calidad de los materiales a utilizar.
A continuación, queremos detallar información sobre las diferentes clasificaciones.
Solo se han considerado dos tipos de cimentaciones, y se diferencian en su generalidad por la distancia entre la cota y el apoyo. Directas o también llamadas superficiales, que cuentan con poca profundidad, y las indirectas que están constituidas en profundidad.
Son las más utilizadas por considerarse de las menos costosas y más simples de manipular. Entre ellas tenemos:
Son favoritas para construcciones livianas donde la carga es equilibrada en un plano de apoyo horizontal. Sin embargo, dentro de este tipo de cimentación se desprenden subtipos:
Zapata de medianería, en voladizo o superficiales: Estas permiten reducir el peso de un edificio o estructura, aumentando la resistencia al viento y mejorando el aislamiento.
Zapatas aisladas: superficiales y poco profundas. Pueden ser de material reforzado o no reforzado. Las zapatas aisladas permiten reducir el peso de un edificio o estructura, aumentan la resistencia al viento y mejoran el aislamiento.
Zapatas corridas: Se trata de una estructura económica, versátil, de ligera ejecución, y posibilidad de ser construida sin mayores herramientas. Este tipo de cimientos combina en ocasiones abrazaderas, que forman un emparrillado sobre el que se apoya la losa de planta baja.
Emparrillados: Este tipo de cimentación reúne los pilares en una sola estructura, en zapatas corridas cruzadas con una malla ortogonal.
Cimentación por losa: Transmite carga que posteriormente son distribuidas de forma equitativa. Su utilización se da mayormente en terrenos irregulares, como en edificios con alturas superiores al promedio.
Este tipo de cimentación se caracteriza por tener una profundidad mayor a 3 metros por debajo del suelo, lo que permite obtener los sustratos más resistentes de la tierra. Entre sus principales subtipos, hallamos:
Pantalla continua: Este tipo de cimiento profundo, recoge las cargas verticales y evita el riesgo de dañar construcciones aledañas durante algún suceso.
Pilotes: Evitan el levantamiento de la estructura a través de sus cargas laterales. Este tipo de cimentación es ideal para prevenir los asientos diferenciales.
Pilotes de hinca: este tipo de cimiento puede estar constituido por un tramo único o también la unión de varios tramos. Se introduce en el terreno mediante técnicas de percusión o vibración.
Pilotes hormigonados en obra: Se ejecuta mediante la excavación del terreno, o luego del desplazamiento de éste. Son construidos tras la perforación de un agujero que luego se rebosa de concreto.
Para cualquier ingeniero, la correcta instalación de los tipos de cimentaciones corresponde el paso más importante para señalar que una estructura es efectivamente segura para los habitantes o residentes.
Por su parte, quienes se alojan en una construcción necesitan estar familiarizados con algunos elementos que puedan comprometer los cimientos de un lugar. Vigilar grietas, el moho, la humedad, y la integridad de puertas y ventanas es clave para detectar a tiempo si una estructura está en riesgo.
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