Se espera que el mercado asiático represente un 60% del gasto mundial en infraestructuras para el año 2025. Las grandes obras subterráneas de transporte y servicios públicos son una prioridad dentro del acelerado proceso de urbanización que experimenta el continente.
Algunos de los proyectos más significativos que se encuentran en marcha en la actualidad son la línea ferroviaria JUSB en Cachemira, India, con 345 kilómetros de longitud y un presupuesto cercano a los 12 mil millones de euros. La obra representa un reto para la ingeniería ya que cuenta con más de 750 puentes y 100 kilómetros de túneles. Atravesando el Himalaya, las condiciones climáticas y geológicas revisten una enorme complejidad.
El tramo de 142 kilómetros del Guangzhou - Hong Kong Express Rail, que estará operativo en 2018, cuenta con un túnel de 26 kilómetros que atraviesa Hong Kong y requirió una inversión de 4.4 mil millones de euros. Como parte de un proyecto más ambicioso que unirá Beijing con Hong Kong una vez concluidas las obras, esta línea ferroviaria espera transportar 120.000 pasajeros diarios en 2030.
En Malasia, el metro de Kuala Lumpur estará listo en 2016 y las obras subterráneas, de 9.5 kilómetros de longitud, superarán los 3 mil millones de euros. La ciudad se sitúa en el encuentro entre dos formaciones geológicas de gran complejidad para la excavación de túneles.
Por su parte, en Singapur, un túnel de 60 metros de profundidad para energía eléctrica acabará su primera fase de construcción en 2017. Una vez finalizada, esta compleja obra de 35 kilómetros de longitud y 1.8 mil millones de euros, facilitará el mantenimiento y sustitución de cables eléctricos de manera eficiente y sin necesidad de obras en carretera que interrumpan el tráfico rodado.