Las escaleras, junto con las rampas siguen siendo los métodos principales de desplazamiento vertical, dentro y fuera de los edificios, y uno de los elementos claves de la composición arquitectónica. La definición de una escalera es muy simple: una continuidad de huellas y contrahuellas; pero desde la antigüedad las hemos hecho transformarse en cualquier cosa, las hay de forma triangular, en tijera, rectas, helicoidales, en forma de gradas, mecánicas y en rampa.
Además, las hemos dotado de cualquier tipo de significado. Rocky no sería lo mismo sin la memorable escena en las escalinatas del museo de arte de Filadelfia, y un podio señala al campeón en el escalón más alto. Pero lo que hoy nos trae a redactar este artículo es la parte más estrictamente funcional de una escalera, que es la de llevarnos de una altura “x” a una altura “y” de la forma más cómoda y segura posible.
Está claro que podemos reducir el cálculo de escaleras y el diseño a la simple ejecución y cumplimiento de la regla de oro: La suma de 2 contrahuellas y una huella debe ser igual a entre 63 y 65 centímetros. Pero está en la profesionalidad y destreza del arquitecto o ingeniero en saber para qué y en qué casos utilizar ese margen entre los 63 y 65 centímetros; ya que no siempre vamos a poder tener las mismas condiciones en cada proyecto.
Esta relación la debemos aplicar en escaleras de bajo tránsito, ya que este tipo de escaleras son bastante empinadas y debemos utilizarlas en casos de que no tengamos mucha longitud disponible para el desarrollo de la escalera. Y estar muy atentos de que se cumplan las condiciones establecidas por ley para ser utilizada como vía de escape en caso de emergencia, ya que lo corto de la huella la hace riesgosa para bajar.
Esta es la relación óptima para una escalera, que permite recorrerla de la manera más fluida y más segura. Es por esto, que siempre que se pueda se debe optar por esta relación, y en casos de escaleras de uso público y que forman parte de la vía de escape, está prescrita por norma. Cada norma en cada país puede varía un poco, pero si no son estas dimensiones serán muy cercanas.
Evidentemente este es un recorrido más holgado y más cercano a la horizontal, y solo se recomienda en exteriores o escalinatas de gran anchura con algún propósito arquitectónico. Ya que la holgura de los pasos, en realidad no la hace demasiado cómoda y mucho menos la más segura.
La respuesta es no. Una escalera se compone de otras variables a considerar y que son vitales para asegurar la accesibilidad y la seguridad del edificio. Las más importantes a tener en cuenta son: