Construcción de gasoductos de transporte

12-Sept-2025
Structuralia Blog

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Publicado originalmente el 07 de Abril de 2016, actualizado el 12 de septiembre de 2025.

El gas natural se ha consolidado como uno de los recursos energéticos más utilizados en el mundo, y su transporte seguro y eficiente depende de una infraestructura crítica: los gasoductos. Estas tuberías, a menudo invisibles para el ciudadano común, conforman redes que atraviesan países enteros y garantizan el suministro energético continuo a industrias, hogares y centrales eléctricas.

Pero ¿Qué es exactamente un gasoducto y cómo ha evolucionado esta tecnología para responder a los retos actuales de eficiencia, seguridad y sostenibilidad? En este artículo exploraremos su definición, fundamentos, avances recientes y perspectivas de futuro.

¿Qué es un gasoducto?

Un gasoducto es una conducción tubular de gran diámetro, fabricada principalmente en acero al carbono de alta resistencia o polietileno de alta densidad (PEAD), diseñada para transportar gas natural u otros gases combustibles a media y larga distancia.

Su funcionamiento básico se apoya en:

  • Estaciones de compresión que mantienen la presión adecuada a lo largo del recorrido.
  • Válvulas de seccionamiento que permiten aislar tramos en caso de mantenimiento o emergencia.
  • Sistemas de control y monitoreo (SCADA) que supervisan en tiempo real la presión, el caudal y posibles fugas.

Para ilustrarlo con una analogía, un gasoducto es como una “autopista subterránea” del gas, donde las estaciones de compresión son equivalentes a las gasolineras: puntos de recarga energética que mantienen el flujo constante.

Transporte de gas natural por gasoducto

¿Cómo funciona un gasoducto?

El diseño, construcción y operación de un gasoducto involucran procesos complejos de ingeniería:

  • Replanteo y pista de trabajo: se prepara el terreno según el trazado definido, retirando la capa vegetal y habilitando accesos.
  • Apertura de zanja: realizada con excavadoras o zanjadoras, según el tipo de terreno.
  • Alineación y curvado: los tramos de tubería (12 m habituales) se adaptan a la topografía. Se controlan radios de curvatura y ovalización para mantener la integridad estructural.
  • Soldadura y ensayos: pueden ser manuales o automáticas. Cada unión se valida mediante ensayos no destructivos (ultrasonidos, radiografía) para garantizar resistencia.
  • Revestimiento: protege la tubería contra la corrosión. Se emplean cintas de polietileno o manguitos termorretráctiles.
  • Puesta en zanja y tapado: la tubería se coloca con sidebooms sobre una cama de apoyo que evita daños en el revestimiento, y se cubre con material controlado.
  • Pre-comisionado: incluye pruebas hidráulicas de estanqueidad y resistencia antes de la puesta en servicio.
  • Instalaciones auxiliares: válvulas, estaciones de regulación y medida, sistemas de telemando y protección catódica completan la infraestructura.

Este proceso garantiza que el gasoducto opere con seguridad, minimizando los riesgos ambientales y estructurales.

Tipos de gasoductos y su regulación

No todos los gasoductos son iguales. Dependiendo de su función y ubicación, los gasoductos se clasifican en diferentes categorías que garantizan que el gas llegue desde los yacimientos hasta el consumidor final de manera segura y eficiente. Veamos los principales tipos de gasoducto:

  • Gasoducto de transporte primario: los gigantes del sistema. Conducen grandes volúmenes de fas a larga distancia y a alta presión, iguales o superiores a 60 bares.
  • Gasoducto de distribución primaria: enlazan el transporte con las redes urbanas e industriales, operando a presiones medias entre 60 y 16 bares.
  • Gasoducto de distribución secundaria: son las tuberías que llegan a hogares y pequeñas industrian, las presiones son muy bajas (16 bares).

Ahora bien, ¿Qué asegura que todo este sistema funcione bajo estándares de seguridad y sostenibilidad? La respuesta está en la regulación.

En España y la Unión Europea, el transporte y distribución de gas está regulado por la Ley 34/1998 del Sector de Hidrocarburos, complementada por normas técnicas como la UNE-EN 1594 (para tuberías a alta presión) y directivas europeas sobre seguridad industrial y medioambiental.

En Latinoamérica, cada país cuenta con su propio marco legal:

Y en el plano internacional, destacan estándares como el ASME B31.8 o las guías del American Petroleum Institute (API), que marcan referencia en diseño y operación de gasoductos.

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