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Cúpula de Santa María del Fiore: la mayor cúpula de mampostería del mundo

Escrito por Structuralia Blog | 06-abr-2018
La catedral de Santa María del Fiore, en Florencia, es uno de los principales atractivos turísticos de Italia. Se trata de una construcción de estilo gótico que fue realizada por Arnolfo di Cambio, pero cuyas obras no pudieron ser concluidas hasta 1436, momento en el que se finalizó la colosal cúpula que la corona, la cual no sólo destaca sobre el conjunto de la iglesia, sino que es una referencia visual en toda la ciudad de Florencia. Si quieres conocer todos los detalles de esta estructura no te puedes perder este post.
 
La construcción del actual edificio de la catedral de Santa María del Fiore se inició en 1294 con el objetivo de sustituir a la antigua iglesia de Santa Reparata y se finalizó más de un siglo después, cuando entre los años 1418 y 1436 tuvo lugar la construcción de la majestuosa cúpula que la cierra.

Las dimensiones del conjunto arquitectónico son monumentales, especialmente en lo referente a la mencionada cúpula. El punto más alto de esta se encuentra a una altura de 116 metros sobre el suelo, el equivalente a un edificio de 38 metros, y su base a 55 metros. Pero lo que hace a esta estructura verdaderamente digna de admiración es su diámetro interior de 42,5 metros, el cual la convirtió en un hito constructivo en su tiempo, al coronarse como la segunda mayor del mundo, únicamente superada por otra cúpula también italiana: la del Panteón de Agripa, que cuenta con un diámetro de 43,4 metros.

 

Fotografía: Jack78 (Pixabay)

 

Aunque el desarrollo de la tecnología y los materiales de construcción durante los siglos posteriores han dado lugar a construcciones de mayor magnitud; tales como la cúpula de la sala del mercado de Leipzig, en Alemania (65,8 metros de diámetro, de hormigón armado), o la cúpula del edificio de la Feria de Belgrado, en Serbia (109 metros de diámetro, de hormigón postensado); la cúpula de la catedral de Santa María de Fiore sigue ostentando a día de hoy el título de “la mayor cúpula de mampostería del mundo”.

Teniendo en cuenta la fecha de su construcción, a principios del siglo XV, no es de extrañar que su levantamiento constituyese un hito histórico en el momento. El ideólogo de su estructura fue Filippo Bruneleschi, también conocido por el desarrollo del sistema de perspectiva cónica, el cual se sirvió de métodos y procedimientos constructivos totalmente innovadores para el momento. Al no haber dejado ningún plano ni croquis de los procedimientos seguidos en la edificación, muchos de los secretos de la construcción de esta cúpula mediante los medios y recursos disponibles en la época constituyen aun un enigma en la actualidad.  

 

Fotografía: the3cats (Pixabay)

 

Para entender cómo se llegó a construir una cúpula de semejantes características deberemos hacer un pequeño ejercicio de traslado a la mentalidad que imperaba en el desarrollo de las obras arquitectónicas de los siglos XII-XIII. Al contrario que en la actualidad, en donde en cualquier proyecto de construcción se trabaja sobre un plano, sabiendo a priori cuál va a ser el resultado final de un edificio, su estructura y, sobre todo, la forma en que se van a soportar las cargas; en el momento del inicio de la construcción de la Catedral de Santa María del Fiore la mentalidad imperante para la construcción de catedrales era el inicio de las obras sin un esquema completamente definido, ya que estas serían finalizadas con varios siglos de posterioridad, por lo que se suponía que la tecnología avanzaría lo suficiente como para culminarlas satisfactoriamente  en ese periodo.

No es de extrañar, por tanto, que a medida que avanzaba la construcción de Santa María de Fiore, esta comenzase a preocupar a las grandes figuras de la época, cuando el edificio alcanzó una altura tal que la cúpula que se usará para cerrarlo no podía ser semiesférica, debido a problemas estructurales derivados del sistema de compensación de empujes. Además, recordemos que se trataba de una cúpula de un diámetro completamente desproporcionado para las construcciones de la momento. Es por esto que la catedral se mantuvo más de dos décadas con un enorme agujero en el techo que no se sabía cómo cerrar con los recursos constructivos de los que se disponía en el momento.

 

Fotografía: alfcermed (Pixabay)

 

Resulta bastante curioso que fuese Filippo Bruneleschi, un joven sin ningún tipo de formación en arquitectura ni estructuras, el encargado de llevar a cabo su construcción. Tal vez, la grandiosidad de sus ideas le confirieron una oportunidad única de pasar a la historia mediante la culminación de la construcción de un edificio a día de hoy conocido en todo el mundo.

La solución que llevó a cabo Brunelleschi fue el cerramiento mediante una cúpula de base octogonal, cuyo esqueleto principal estaba constituido por la superposición de dos bóvedas esquifadas de ladrillo divididas en “gajos”. Esta innovación constructiva permitía un reparto de esfuerzos que se acoplaba idóneamente a la estructura de la catedral desarrollada previamente.

La cúpula está constituida sobre un tambor poligonal de fábrica recubierto de mármol, en el cual fueron abiertos posteriormente una serie de óculos circulares que proveen de iluminación al interior de la catedral. Para erigirla, Brunelleschi tuvo que inventar un cabestrante de tres velocidades con un complejo sistema de engranajes y poleas que funcionaba con una cuerda especial de 180 metros de largo y pesaba más de 400 kilos, debido a que no existía hasta el momento ningún sistema de elevación capaz de levantar y maniobrar a más de 50 metros de altura sobre el suelo materiales tan pesados como los usados para la edificación de la cúpula.

 

Fotografía: 21150 (Pixabay)

 

A día de hoy, la magnitud de la cúpula de Santa María del Fiore la sitúa en un primer plano en el skyline de la ciudad de Florencia, la cual es reconocible gracias a ella.