Con el transcurrir del tiempo, los derivados del petróleo se han convertido en parte esencial de nuestras vidas, encontrándose en casi todo lo que nos rodea.
El petróleo es un líquido mineral aceitoso, viscoso e inflamable de color negro, creado con la descomposición de restos orgánicos de animales y plantas, que quedaron enterrados bajo muchos metros de capas de tierra y rocas sedimentarias, a lo largo de millones de años.
Está compuesto por una mezcla de hidrógeno (13%), carbono (85%), sulfuros (0,5%), oxígeno (1%), nitrógeno (0,5%) y metales como el cobre o el níquel (menos del 0,1%).
Desde la aparición del petróleo, también llamado, el oro negro, sus productos derivados, con el transcurrir del tiempo, se han ido convirtiendo en parte esencial de nuestras vidas, debido a la gran influencia que ha tendido en la modernización de la humanidad, encontrándose en casi todo lo que nos rodea.
Formación del petróleo. Fuente: ecologiaverde.com
El petróleo se encuentra bajo la superficie terrestre a cientos, o a miles, de metros de profundidad. Cuando es extraído de los pozos petroleros sale lo que se denomina petróleo crudo, que es casi inaprovechable. Por esta razón debe ser sometido a un proceso de refinación que permitirá obtener sus productos derivados.
Dentro de los derivados del petróleo más importantes que ha revolucionada la manera de vivir del ser humano se encuentran:
Gasolina, diésel, kerosene y fuelóleos: Estos derivados encabezan nuestra lista, porque han facilitado el proceso de comunicación de la humanidad a través del uso del transporte terrestre, aéreo y marítimo. Y contribuyendo a mejorar la economía mundial. Algunos de estos combustibles también son utilizados en el uso de motores para diferentes tipos de maquinarias, plantas de energía eléctrica y calderas.
Polietileno: Es el principal componente que se usa para crear plástico, convirtiéndose en uno de los derivados del petróleo más utilizados en la actualidad por su resistencia y versatilidad, lo que da origen a la creación de múltiples productos de uso cotidiano, como utensilios de cocina, piezas para la industria, juguetes, bolsas, envases, botellas, ropa, cables, embalajes, sillas, mesas y muchos más.
Gases propano y butano: Se encuentran en el petróleo crudo y también se obtienen durante el proceso de refinación. El gas butano se suele utilizar en hogares y hostelería, por su capacidad de generar calor para la cocción, agua caliente y calefacción. Además de lo anterior, el gas propano genera electricidad, y suele usarse más en espacios grandes.
Petrolato y polímeros sintéticos: En la actualidad estos derivados del petróleo se encuentran presentes en muchos productos de la industria cosmética. Las vaselinas y parafinas sirven de base para cremas hidratantes, mascarillas, labiales, y todos aquellos productos de consistencia grasa. También se encuentran en jabones, y algunas de sus sustancias volátiles que se utilizan en los perfumes. Así mismo, el champú suele contener polímeros sintéticos.
El asfalto o betún: Este derivado compuesto por asfáltenos ha sido de gran utilidad, principalmente para pavimentar carreteras, calles, autopistas y caminos. También ha servido como revestimiento impermeabilizante de muros y tejados.
Bencina o éter: Sirve de materia prima para la fabricación de disolventes y a su vez, funciona como diluyente para tintas, ceras, betún, y productos industriales y de limpieza.
Alquilbenceno: Con este derivado se elaboran detergentes biodegradables para uso doméstico e industrial.
Ácido naftecinco: Se utiliza para usar pinturas, recubrimientos e impermeabilizantes.
Además de los derivados del petróleo mencionados anteriormente, existe una cantidad sorprendente, e inimaginable, de productos que se usan día a día en las diferentes áreas de nuestra vida cotidiana, como por ejemplo en medicina, deporte, agricultura, industria textil e incluso de alimentos, por nombrar solo algunas.
El poder que ha adquirido a través de los años el llamado oro negro, lo ha convertido en el centro de críticas y polémicas, tanto por su alta influencia en la economía mundial, como por ser el desencadenante de conflictos bélicos, generar impactos negativos en el medio ambiente y además, por ser un recurso un no renovable. Entonces, podría decirse que existe una especie de relación de amor y odio con el preciado carburante.
En este sentido, tanto las empresas como los gobiernos y diversas organizaciones, se han dado a la tarea de neutralizar su uso, apostando por las energías renovables, enfocándose en ellas para crear el auge favorecedor que tienen en la actualidad.
Las inversiones en energía renovable han crecido de manera desmesurada. Algunas de ellas dirigidas hacia las plantas solares, que proporcionan energía a los precios más bajos que se hayan visto.
Hoy día, la movilidad eléctrica también está en su apogeo, convirtiéndose en un gran rival para el petróleo. De acuerdo a la consultora Wood Mackenzie, se prevé que para el año 2040, la mitad de todas las ventas de automóviles de transporte de pasajeros estarán representadas por los vehículos eléctricos.
A su vez, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), expresó que se deben tomar medidas drásticas si se espera reducir realmente a cero las emisiones netas de carbono para el año 2050. Entre estas estarían, la construcción acelerada de los paneles fotovoltaicos, prohibir la venta de vehículos de combustión interna y dejar de invertir en la explotación de nuevos yacimientos petrolíferos.
Ahora bien, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), las reservas petroleras mundiales probadas en 2021, se concentran principalmente en Venezuela, con 513.000 miles de barriles, que conforme al ritmo actual de producción tendría petróleo para 300 años, y Arabia Saudita, con 258.000 miles de barriles, para 70 años. Sin embargo, estas cifras varían, de acuerdo al organismo que las publique.
Con respecto a las proyecciones publicadas por la OPEP, se observa que el petróleo perderá poder gracias al crecimiento del uso de la energía renovable, Para el año 2019, en el mundo se consumían diariamente 91 millones de barriles de petróleo, representando el 31,50% de la demanda global de energía y para el año 2045 aumentará hasta los 99,5 millones de barriles al día, situándose en el 27,5% del mix energético.
Asimismo, el director research, Aneeka Gupta de la compañía WisdomTree Europe, considera que a pesar de que la energía renovable sobrepasará al petróleo en 2030, la energía eléctrica no reemplazará al petróleo completamente, ni siquiera en el año 2070.
A pesar de todos las opiniones que afirman que está próximo el fin de la era petrolera, y de las diversas medidas que se están poniendo en marcha para evitar que este siga siendo la principal fuente energética en el mundo; se contraponen el hallazgo de las reservas petroleras que garantizan la existencia de este carburante por muchísimos años más, además de las cifras proyectadas por la OPEP sobre el uso futuro del petróleo, donde lo sigue posicionando en el primer lugar. Esto nos permite afirmar, sin temor a equivocaciones, que su final no está tan cerca como muchos predicen.
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