El polémico puente sobre el estrecho de Kerch une la península de Tamán (Rusia) y Crimea, conformando el puente viario más largo del país, con 19 kilómetros.
Su presupuesto, que asciende a 4.000 millones de dólares define la magnitud de "la construcción del siglo", como se la conoce en la región, la cual ha alcanzado un hito muy significativo en su calendario: el izado del arco principal de la estructura, sin duda, el proceso más complejo de todo el proyecto.
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Concretamente el arco, es una construcción de 227 metros de largo y 45 metros de altura, con casi 5.500 toneladas de peso, siendo el primer puente de Rusia en ser transportado por vía marítima y alzado hasta los 35 metros sobre el nivel del mar; operación que se ha realizado en apenas 54 horas y que ha contado con la colaboración de más de 150 profesionales.
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Siguiendo las previsiones y con el ritmo actual de las obras, la circulación de vehículos podrá realizarse en diciembre de 2018, quedándo reservado el tráfico de ferrocarriles para el año siguiente.
