La ciudad de Nueva York ha sido a lo largo de la historia una de las pioneras en la construcción en altura, gracias a la geología del terreno, basada en esquistos. El edificio Flatiron se enmarca dentro del estilo arquitectónico Beaux Arts, basado en las reglas estilísticas del academicismo francés tradicional.
Edificio Flatiron, perspectiva principal. Imagen: ahundt (Pixabay)
Originalmente, fue llamado Edificio Fuller, en honor a George A. Fuller, fundador de la empresa responsable de su construcción que falleció previamente a su finalización. Sin embargo, finalmente se ha impuesto el nombre de “Flatiron”, vocablo inglés que significa “plancha”, debido al parecido de la forma en cuña de su planta con dicho instrumento doméstico.
El flatiron alcanza una altura total de 87 metros repartidos en 22 plantas. A pesar de que a día de hoy esta es una altura casi insignificante, en el momento de su construcción se trataba uno de los edificios más altos de la ciudad de Nueva York.
Edificio Flatiron, perspectiva trasera. Imagen: brianavarro (Pixabay)
La fachada del edificio está construida en caliza y terracota. Para posibilitar el crecimiento en altura, se incorporó el acero como material de construcción a su estructura, cuya altura habría sido imposible de desarrollar con técnicas y materiales tradicionales.
Lo más característico del diseño de este edificio es su planta en forma de triángulo isósceles. La pared que forma el ángulo desigual tiene forma achaflanada y cuenta únicamente con 2 metros de ancho. Las fachadas que se unen en dicho vértice forman un ángulo de 25º.
Vista en detalle de la fachada que conforma el ángulo desigual en planta del edificio Flatiron. Imagen: juanma1538 (Pixabay)
Como dato curioso destaca la concepción de la fachada del edificio como una columna griega clásica, constando esta de tres partes: base, fuste y capitel, como puede verse en la siguiente imagen:
Partes de la fachada del edificio Flatiron, en correspondencia a las de una columna clásica griega.
La base está construida en piedra caliza beige y posee ventanas recubiertas de cobre, mientras que el “fuste” o cuerpo principal del edificio está compuesto por ladrillos de tonalidad pálida e incluye una serie de ondulaciones en la fachada, a modo de “miradores”. En lo que respecta a la zona del capitel, esta se compone de arcos y columnas coronados por una cornisa y un techo plano con balaustrada.
Perspectiva donde se aprencian las ondulaciones en la fachada. Fotografía: idunlop (Pixabay)
A pesar de ser el más famoso, el Flatiron no fue el primer edificio de la historia con planta en forma de cuña, el edificio Gooderham de Toronto es el que ostenta tal distinción, aunque sí se considera como el primer rascacielos de este tipo.
A día de hoy, el edificio Flatiron es un emblema mundialmente conocido de la ciudad de Nueva York, que ha aparecido en diversas películas y obras artísticas, además de ser nombrado hito histórico nacional de Estados Unidos en junio de 1989.