Las fibras de polipropileno son un aditivo para el hormigón brinda capacidades de homogeneidad y resistencia a la tracción, a un bajo costo.
Una de las bondades del hormigón es que es es la versatilidad de la mezcla y el abanico de de prestaciones que puede ganar, simplemente añadiendo aditivos específicos durante el proceso de preparación. Los aditivos pueden dar propiedades al hormigón desde aumentar su velocidad de fraguado, su maleabilidad, su color, y hasta incrementar su resistencia a la tracción, como es el caso de agregar fibras de propileno a la mezcla.
El hormigón, de por sí, tiene muy buenos atributos como su alta resistencia a la compresión, su economía y su versatilidad; pero la resistencia mecánica a las fuerzas de tracción no es uno de ellos. Al ser un material tan rígido es muy propenso a fracturas ante cualquier esfuerzo donde se presenten estados tensionales de tracción (solicitaciones de flexión, cortante, torsión), razón por la cual, suele reforzarse con un armado de acero para usarse en estructuras; y bajo requerimientos específicos se refuerza con aditivos como fibras de polipropileno
El propileno se identifica dentro de los termoplásticos, y es el resultado de polimerizar el propileno, el cual es un elemento gaseoso que proviene de la refinación del petróleo. Una de sus principales bondades es ser un material de fácil procesamiento y que puede llegar a funcionar como barrera contra la humedad. Su resistencia y transparencia, lo hacen idóneo para industrias como la textil, la automotriz, la médica, el packaging, y por supuesto, la construcción.
Aunque parezca inusual, la mayoría de los aditivos utilizados para mejorar las propiedades del hormigón, después de la barras de acero por supuesto, son los aditivos en forma de fibras y vienen en varias presentaciones que agrupamos en dos categorías:
Como lo indica su propio nombre, se caracterizan por sus pequeñas dimensiones, e identifican a las fibras cuya longitud está entre los 12 y los 75 milímetros. Tienen la característica de ayudar a la mezcla de hormigón a mejorar su homogeneidad, reduciendo la segregación de los distintos componentes dentro de la mezcla, traduciéndose en un hormigón con menos grietas o fisuras. Nos referimos a fibras como las de plástico, polipropileno, polietileno o nylon.
En esta categoría se agrupan materiales como el vidrio, algunos plásticos reciclados, fibras naturales e incluso el acero, dando a entender que son fibras de mayores dimensiones. En este caso la adición de fibras (con estas dimensiones) influye más directamente sobre las propiedades mecánicas del hormigón. En algunos casos se llega a lograr imitar la función de una malla electrosoldada, logrando que el material adquiera capacidad de carga adicional posterior al agrietamiento y ser más resistente a los impactos en superficie, para lograr esto, se utilizan fibras con diámetros entre 0.25 y 1.5mm, y longitudes desde 13mm hasta 70mm.
Como ya os hemos adelantado, las fibras de polipropileno son un aditivo que pertenece al grupo de las microfibras y que comparte con otras microfibras muchas ventajas para el material, y tiene varias otras similares a las de las macrofibras:
Como podemos observar, el abanico de posibilidades y propiedades que podemos lograr con aditivos a la mezcla del concreto es muy amplia y variada, y cuando un aditivo logra reunir los beneficios, la economía y la accesibilidad que tienen las fibras de polipropileno debe aprovecharse al máximo. No es casualidad, que este sea uno de los aditivos más usados en la construcción de pavimentos industriales, suelos de alta resistencia, túneles, carreteras, y elementos prefabricados de hormigón.