El Consejo de Cooperación de los países del Golfo, formado por Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Bahrein, Kuwait, Catar y Omán, está llevando a cabo el ambicioso proyecto de conectar a sus estados miembros a través de una red ferroviaria de más de 2.000 kilómetros de longitud que unirá los principales focos industriales, urbes y puertos de la zona.
Este extenso corredor regional, que diversificará la oferta de transporte, tiene múltiples objetivos: mejorar las comunicaciones, favorecer el intercambio comercial, impulsar el crecimiento, fortalecer los vínculos políticos y económicos entre países y reducir los costes, el consumo de combustible y las emisiones de carbono asociadas a los traslados.
Las obras incluirán vías dobles de ancho estándar, para pasajeros y mercancías; 35 kilómetros de túneles, 45 kilómetros de viaductos y 39 kilómetros de puentes. Unirán Kuwait con Muscat atravesando, entre otras, las ciudades de Doha, Abu Dhabi y Dubái. Deberán adquirirse 85 locomotoras, 80 coches de pasajeros y más de 500 vagones de mercancías. Además de la red general, cada país está invirtiendo en mejorar las infraestructuras ferroviarias a nivel local, principalmente Arabia Saudita, Omán y Emiratos Árabes. El proyecto global, cuyo coste estimado ronda los 175 mil millones de euros, estará operativo en 2018. El emprendimiento ha estimulado, además, inversiones en la construcción de estaciones, instalaciones de mantenimiento, y centros de control.
El mayor reto que afronta esta obra de infraestructura ferroviaria no radica tan solo en la calidad y eficiencia de su ejecución técnica, sino en conseguir obtener el máximo beneficio socioeconómico y aprovechar el enorme potencial que tiene este desarrollo para el crecimiento integral de la región.