¿Conoces el hormigón autocompactante? Aquí te dejamos todo lo que necesitas saber sobre él y cómo utilizarlo.
Normalmente tenemos la concepción de que el hormigón es un material que cumple muy bien sus funciones estructurales, sobre todo, gracias a su excelente resistencia a la compresión. Pero no se nos debe olvidar que también es un material lo suficientemente versátil para utilizarlo en elementos y acabados puramente estéticos, eso sí, esto se logra mejorando la mezcla con aditivos, como por ejemplo, los que lo convierte en hormigón autocompactante.
El hormigón autocompactante es un material que tiene la capacidad de tomar una forma final dentro del encofrado sin ningún tipo de ayuda mecánica manteniendo la fluidez y uniformidad en la distribución por el encofrado;, de manera que evita la aparición del sangrado de la lechada, o del bloqueo de áridos gruesos. Aun ganando estas propiedades es capaz de mantener las características de resistencia mecánica y homogeneidad del hormigón “común”.
Aunque pueda parecer sorprendente los materiales utilizados en la mezcla de este tipo de hormigón no varían mucho de una mezcla ordinaria de hormigón de compactación normal, con la diferencia que en el caso del autocompactante se disminuye drásticamente la cantidad de áridos gruesos, aumenta la de los finos, quedándonos con un tamaño medio del árido en la mezcla muy pequeño.
Debido a que en este tipo de hormigón existe una mayor cohesión en su masa, por el tamaño del árido, se recomienda utilizar ⅔ de la cantidad de agua para comenzar a homogeneizar la mezcla, y posteriormente agregar el ⅓ restante del agua junto con los aditivos que vayan a ser añadidos a la mezcla.
El hormigón autocompactante, más allá del hormigón común, es la mezcla más utilizada en la construcción, debido a que las propiedades que adquiere traen grandes ventajas:
No es un material como mucho que reprocharle, como ya hemos demostrado funciona bastante bien, pero hay que tener en cuenta ciertos aspectos que pueden considerarse como desventajas. Una de ellas, es que al ser una mezcla “particular” hay que ser muy cuidadosos con la preparación, la dosificación de los componentes y la cantidad de agua, ya que al ser tan maleable corre el riesgo de quedar demasiado líquida perdiendo así propiedades mecánicas.
Por otro lado, hay que poner especial atención durante la puesta en obra o el vertido para asegurar un sellado estanco de los encofrados, ya que por la fluidez de la mezcla tiene más probabilidades de encontrar cualquier mínimo espacio para filtrarse. Pero podemos afirmar que una vez controlados estos detalles, es un material con muy buenas prestaciones y una muy buena opción cuando se requiere de algún acabado más especial para el hormigón y lograr formas más complejas.