Existen distintos tipos de juntas en el ámbito de la construcción, y todas ellas tienen un cometido concreto. Hoy nos centraremos en las juntas de dilatación en muros, en su utilidad y en su adecuada disposición. Esta clase se caracteriza por situarse en los muros de hormigón, para absorber y mitigar las posibles deformaciones producidas por los cambios de temperatura y las retracciones de la propia estructura.
Juntas de dilatación en muros: la disposición de las juntas
Las juntas de dilatación en los muros no se colocan en cualquier lugar. Existe una normativa muy estricta al respecto, que, entre otras cosas, establece lo siguiente.
- Hay que instalar juntas de dilatación en los muros cuando aparecen cambios de sección o singularidades en la estructura, como rampas o escaleras.
- Las juntas también se utilizan para diferenciar dos tramos contiguos del mismo muro.
- No se superará en ningún caso (excepto por causas justificadas) la distancia de 30 metros entre una junta de dilatación y otra.
- En cualquier caso, la separación entre las juntas no podrá ser superior a 3 veces el alto del muro.
- Existe la posibilidad de recurrir a juntas falsas cuando la retracción del muro pueda ser importante, con el objetivo de debilitarlo y controlarlo. La separación entre esta clase de juntas será superior a 8 metros e inferior a 12.
- Tanto las juntas como su relleno deberán ser impermeables.
- En cuanto a la abertura de las juntas de dilatación en muros, esta dependerá de las variaciones de temperatura previstas, aunque, normalmente, será de entre 2 y 4 centímetros.
- Con carácter general, no deberían colocarse armaduras en las juntas. Si esto fuera necesario, se tendrán que proyectar de tal forma que permitan los movimientos longitudinales. Es decir, sin dobleces y con una buena lubricación.
El coeficiente de dilatación
¿Cómo se han establecido las normas que acabamos de ver? ¿Qué criterios se han seguido para su fijación? Entre otros factores que también entran en juego, encontramos el coeficiente de dilatación.
Absolutamente todos los materiales que se emplean en la construcción cuentan con un coeficiente de dilatación, que no es otra cosa que la dilatación que previsiblemente se va a producir sobre un material a causa de la variación normal de la temperatura ambiental. Si esta aumenta, el material en cuestión se dilatará, y si disminuye, se contraerá.
En consecuencia, hay que prever que se generarán tensiones que deben absorberse si queremos evitar problemas futuros. Para eso se utilizan las juntas de dilatación en los muros, debiendo ejecutarse en las circunstancias y condiciones que hemos comentado. Con ello evitaremos el surgimiento de grietas o fisuras o que se produzcan desprendimientos.
Arriostres Concéntricos y Excéntricos
Existen dos clases de juntas de dilatación. Las repasamos:
- Juntas abiertas. Para diseñarlas se calcula exactamente cuál va a ser movimiento del material. Como no se sellan, son eficaces en la fase de construcción, pero con el tiempo pierden su funcionalidad.
- Juntas selladas. Se trata de huecos que han sido rellenados con masilla para evitar la entrada de suciedad, agua o humedad. En este caso, sí resultan eficaces con el paso del tiempo.
Cualquier profesional del sector de la construcción es consciente de la importancia de distribuir correctamente las cargas y el peso de las estructuras. Por no hablar de lo que influyen los tipos de materiales y su comportamiento en el medio en el que se encuentran. Y no hay que olvidar que factores como las temperaturas extremas o la humedad pueden generan tensiones.
Precisamente para limitar esas tensiones y sus efectos, se recurre a las juntas de dilatación en muros; estamos, por lo tanto, ante un elemento imprescindible. Con los másteres de Structuralia sobre edificación los profesionales del sector serán capaces de ampliar sus conocimientos en este y otros muchos campos.