Esta presa se sitúa sobre el Nilo Azul, en la región de Benishangul-Gumuzen, territorio etíope a unos 40 km de Sudán y promete ofrecer una capacidad de generación de 6.000 MW.
La construcción de esta presa se inició en abril de 2011 y en la actualidad ya se han realizado más del 40% de los trabajos proyectados. Se trata de una presa de gravedad con una altura de 145 m. y un desarrollo en coronación de 1.800 m. Para su construcción se emplearán 10 millones de metros cúbicos de hormigón compactado con rodillo. La capacidad de embalse alcanzará los 63 km3 ocupando una superficie de 1.800 km2, lo que la convertirá en la mayor presa del continente africano.
La instalación contará con dos centrales hidroeléctricas con un total de 16 turbinas tipo Francis que tendrán una capacidad de generación eléctrica de 6.000 megavatios. La energía generada se venderá posteriormente a Etiopía, Sudán y Egipto, contribuyendo a un abastecimiento energético sostenible en estos países. Para ello será necesario construir grandes líneas de transporte de energía eléctrica, pues los mayores centros de consumo en Sudán y Etiopía se encuentran a más de 400 km de la presa. El presupuesto de ejecución de la obra será superior a los 4.000 millones de dólares, financiado principalmente por Etiopía.
Durante el proyecto de la Gran Presa Renacimiento, Egipto ha mostrado su preocupación y exige garantías de que esta construcción no reducirá drásticamente el caudal del Nilo aguas abajo de la presa. Egipto teme que la presa cause graves problemas a su agricultura, al turismo y a los propios habitantes de Egipto. Otra de las preocupaciones que ha generado este proyecto es el fuerte impacto ecológico de la construcción. Además algunos expertos aseguran que la presa se encuentra en una zona con perturbaciones tectónicas, y que existen experiencias anteriores que probarían que un embalse tan grande puede provocar seísmos.