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La importancia del curado del hormigón y los métodos para realizarlo

Escrito por Structuralia | 19-feb-2018
 

El proceso de curado del hormigón es un factor esencial en la construcción, puesto que supone la adquisición de la resistencia a medida que va endureciendo. Para que esta resistencia alcance los niveles considerados en el diseño de una infraestructura, será necesario que el fraguado se realice de manera correcta.

El hormigón es un material de consistencia viscosa en el momento de su puesta en obra. Como sabrás, está compuesto por cemento, agua, áridos de distintos tipos y algunos aditivos.

Para conseguir que el proceso del curado de losa se produzca de manera adecuada y el hormigón pueda alcanzar sus condiciones constructivas óptimas a lo largo de su vida útil, es imperativo que la proporción agua/cemento en la mezcla de hormigón sea la justa necesaria, ni más ni menos.

 

Fotografía: Pezibear (Pixabay)

 

En el caso de que la proporción agua/cemento sea superior a la necesaria para la reacción química del proceso de curado de hormigón, el agua sobrante no imprescindible para la reacción permanecerá en el interior del hormigón durante su proceso de endurecimiento y posteriormente se evaporará, dejando una serie de oquedades que dotarán al hormigón de una porosidad elevada. Esta porosidad resultante no solo disminuirá considerablemente la resistencia del hormigón, sino que además propiciará una “puerta de entrada” ante elementos agresivos externos, tales como puede ser el propio aire, que contribuye a la oxidación de la armadura interna del hormigón armado.

Sin embargo, de ser la cantidad de agua menor que la estrictamente necesaria la previsión de las condiciones del hormigón no es mejor, ya que la reacción química que posibilita el fraguado no llegaría a finalizar, es decir, parte del cemento que contiene el hormigón no llegará a endurecerse, lo que afectará de manera muy negativa a la resistencia del hormigón, la cual será inferior a la esperada en este caso.

 

Fotografía: Tecnopreco

 

Por tanto, el hormigón es un material que podríamos definir como estrictamente susceptible en el momento de su puesta en obra. De tener lugar una actuación inadecuada durante esta fase, la resistencia y durabilidad del hormigón se verán muy afectadas durante la vida útil de la estructura. Es necesario, por tanto, prestar especial atención a las proporciones de sus componentes principales.

Ahora bien, vamos a centrarnos en el segundo caso mencionado: la falta de agua en el proceso de fraguado en el hormigón. Esta puede suceder por dos motivos principales: bien porque la cantidad añadida de agua de amasado sea insuficiente (improbable, dado que se trata de una cantidad determinada por cálculos muy estrictos) o bien porque se produzcan pérdidas de humedad durante el proceso de fraguado, debido, principalmente a factores ambientales, tales como la temperatura o el viento, que favorecen la evaporación de agua procedentes de las capas superiores del hormigón. Es aquí donde el curado juega un papel fundamental.

El proceso de curado de losa tiene como función principal evitar la pérdida de agua (principalmente por evaporación) necesaria para el correcto y completo fraguado de la mezcla de hormigón, de tal forma que esta pueda alcanzar sus máximas condiciones de resistencia y durabilidad en el tiempo. Para ello, es necesario mantener la humedad de la mezcla a toda costa hasta que se complete la reacción de endurecimiento.

Los procedimientos de curado han de realizarse de manera ininterrumpida desde el momento de inicio de fraguado de la mezcla, posteriormente al vertido, hasta la conclusión de dicho proceso. Como es obvio, el tiempo de fraguado dependerá en gran medida de la situación de la obra y las condiciones climáticas de su entorno. En zonas muy secas y cálidas, el hormigón endurecerá más rápido, por lo que el curado necesario será más intenso y se prolongará menos en el tiempo que en zonas frías y húmedas.

 

 

Además, el tiempo de curado también dependerá del tipo de hormigón. Como norma general, para hormigones de uso convencional y resistencias normales, el curado ha de ser realizado de manera continua durante al menos 7 días, mientras que si se trata de un hormigón de alta resistencia dicho periodo se extenderá a los 15 días.

Llegados a este punto os estaréis preguntando cómo se puede realizar un curado efectivo. A continuación se exponen varias medidas, todas ellas ampliamente utilizadas en la actualidad, algunas de ellas se basan en el aporte de agua externo y otras en impedir la pérdida de la humedad existente:

Riego de hormigón

Consiste en el aporte de agua externo a la superficie de hormigón, el cual suele realizarse con la ayuda de mangueras, es decir, consiste en “regar” la plataforma de hormigón. Se trata de uno de los métodos más comúnmente utilizados, dada su sencillez y bajo coste. Con el aporte de agua externo se consigue que la evaporación, la cual se inicia en la superficie, se produzca sobre el agua de riego en lugar de sobre el agua de amasado. El riego deberá mantenerse durante la totalidad del proceso de fraguado y debe realizarse tantas veces como sea necesario para evitar que la superficie del hormigón se seque, en función de las condiciones ambientales en las que se encuentre la obra.

Uno de los principales inconvenientes de esta metodología de curado es la necesidad de que exista un operario/a que lo realice, por lo que no es aconsejable para obras en las que el trabajo vaya a ser interrumpido posteriormente a la puesta en obra, aunque también es necesario verificar que la temperatura ambiente no es lo suficientemente fría como para que el agua de aporte pueda formar cristales de hielo en el interior de los poros en los que penetre.

Uso de telas para aporte de humedad

Este método consiste en la incorporación de telas húmedas de arpillera o algodón en la superficie del hormigón, las cuales contribuyen al mantenimiento de la humedad. Este método es muy usado en pilares, por su facilidad y por la escasa molestia que ello supone para el resto de la obra. Sin embargo, cuenta con el principal inconveniente de que si la tela se seca, el efecto producido será el contrario al deseado (absorbiendo el agua en superficie), por lo que ha de prestarse especial atención a mantenerla siempre húmeda.

 

Fotografía: Deyute

 

Uso de cubiertas protectoras

Se basa en la incorporación de una cubierta protectora a la superficie del hormigón, normalmente de un material plástico (polietileno) por su impermeabilidad, con la finalidad de evitar la pérdida del agua de amasado por evaporación. En casos de temperatura extremas, esta técnica puede combinarse con la anterior, incorporando cubiertas plásticas en la superficie de las telas para evitar que estas se sequen y mantener así la superficie del hormigón húmeda de manera constante.

 

Fotografía: Clarín Arq

 

Aplicación de compuestos de sellado

Esta técnica consiste en la adición de compuestos específicos que penetren en los poros, generando una película superficial impermeable que evite la pérdida de agua por parte de la mezcla de hormigón. La aplicación de estos compuestos ha de realizarse mientras la mezcla aún se encuentre muy húmeda, para evitar que estos se incorporen a los estratos no superficiales del hormigón.

Una vez explicado qué es el curado de concreto y los principales métodos de fraguado, queda hacernos la siguiente pregunta: ¿qué sucede si el curado del hormigón en una obra es deficiente?. Como se ha mencionado con anterioridad, un curado deficiente disminuiría considerablemente la resistencia y durabilidad del hormigón durante el ciclo de vida de la infraestructura. Diversos estudios comparativos realizados sobre probetas de hormigón curadas y no curadas arrojan unos resultados de resistencia a compresión a 28 días un 35% menor en probetas no curadas adecuadamente.

En definitiva, se puede concluir que el curado de hormigón es un procedimiento esencial para el correcto desarrollo de una infraestructura de hormigón, por lo que no se debe tomar a la ligera la elección del método más adecuado para llevarlo a cabo ni tampoco se debe escatimar bajo ningún concepto en el tiempo de su realización.