Las metodologías Lean y Agile, pueden mejorar significativamente el control y la gestión de obras de construcción.
Por lo general, la gestión y el control del desarrollo de las obras de construcción, se sigue llevando de una manera muy tradicional y que no ha cambiado en mucho tiempo. Esta manera que llamamos “tradicional“ se conoce como CPM (Critical Path Method). Pero cada día, las obras son más complejas, los presupuestos más cortos y los tiempos más ajustados, haciéndose más necesario un método capaz de adaptarse a estas nuevas complejidades.
Solemos asociar el término Lean a la manufactura y a la industria, y por otro lado el término Agile al desarrollo de software; pero no quiere decir que sean exclusivos a dichos sectores. Las diversas prácticas asociadas a estas filosofía pueden ser muy provechosas en otros sectores, en este caso, ayudar a hacer más eficiente el control y la gestión en obras y proyectos de construcción.
La metodología ágil se trata de seguir de una forma gradual un esfuerzo en conjunto entre interesados y clientes con el objetivo de satisfacer expectativas y necesidades. En el caso de un proyecto de construcción, se trata de gestionar la incertidumbre inherente a cada obra desde el conocimiento previo y el ajuste constante, siempre de manera conjunta; priorizando a las personas y no a las actividades.
De la misma manera que en el desarrollo de un software, se aplican reuniones iterativas, acompañadas de prácticas Scrum, Kanban, Six Sigma entre otros. A fin de cuentas, una obra es un proyecto, y se debe manejar como tal, solo que desde este punto de vista, y con las técnicas ágiles, se busca integrar a todos los interesados (técnicos, subcontratas, clientes, etc) en la propia planificación y desarrollo de la obra.
La filosofía Lean se puede resumir en: mínimas pérdidas, máximo valor. A través de esta práctica se busca optimizar los recursos disponibles, garantizando menos defectos en el producto (la obra). La rama del Lean, que precisamente aborda la gestión y control de obras es conocida como Lean Construction, y busca la optimización de las actividades que agregan valor al proyecto de construcción eliminando las desviaciones e imprecisiones.
En esta metodología se establecen ocho categorías o tipos de desperdicios:
Al ser la construcción un sector tan particular, en Lean Construction en este caso, se requiere de un conjunto de herramientas muy específicas para el sector, las cuales pueden ser aplicadas de manera conjunta o individual. Éstas herramientas son:
Es una metodología de trabajo basada en un proceso colaborativo integral, que facilita la alineación de objetivos de los diferentes agentes involucrados, recursos, y limitaciones en cada una de las etapas de un proyecto de construcción. Entiende el proceso constructivo como proceso generador de valor, y los diferentes agentes mencionados deben aparecer desde el comienzo y concepción de dicho proyecto.
Son un conjunto de acciones que unifican los criterios en la gestión y administración de la obra, incluyendo los recursos humanos. De esta manera, el IPD aprovecha el talento, los puntos de vista y las fortalezas de los recursos humanos, con el objetivo de optimizar los resultados, minimizando los desperdicios e incrementando la eficiencia del proceso de construcción.
El Last Planner System es una herramienta creada para el control de la producción dentro del Lean Construction, creando un flujo de trabajo fiable y de rápido aprendizaje. Se trata de integrar en el “planning” consideraciones de: prácticas ideales, prácticas factibles, prácticas que se llevarán a cabo, y prácticas que se han llevado a cabo.
Se trata de la ejecución de un estudio cuantitativo del tiempo de permanencia en obra de cada uno de los trabajadores, o subcontratas. Analizando la distribución del tiempo de las cuadrillas dentro de la obra, se estima la productividad, y por supuesto, se detectan las actividades que pueden ser mejoradas y optimizadas.
Todos, herramientas y recursos en los que puedes profundizar en la Maestría Lean Construction que ofrece Structuralia. Para cambiar el paradigma tradicional de la gestión de obra y lograr verdaderamente aprovechar al máximo cada recurso disponible, y añadir valor al resultado final.