Publicado originalmente el 21 de octubre de 2020, actualizado el 24 de julio de 2023
La reorganización de una empresa mejora la eficiencia de los procesos internos y por lo tanto ofrece un servicio o producto de mayor calidad.
En el mundo empresarial actual, la capacidad de adaptarse y evolucionar constantemente es crucial para mantener la competitividad.
En ocasiones, una empresa puede enfrentar desafíos que requieren una reorganización interna para mejorar su eficiencia, productividad y rentabilidad.
En este artículo, exploraremos los conceptos clave y las mejores prácticas relacionadas con la reorganización empresarial, con el objetivo de proporcionar una guía útil para aquellos que buscan revitalizar sus operaciones comerciales.
Hay varios motivos por los cuales una empresa podría considerar una reorganización empresarial. Algunas de estas razones incluyen:
Una reorganización puede ayudar a identificar áreas de la empresa que no están funcionando de manera óptima y realizar cambios estructurales para mejorar la eficiencia y la productividad. Esto puede implicar la redistribución de responsabilidades, la eliminación de duplicidades o la implementación de nuevos procesos y tecnologías.
Los negocios están sujetos a cambios constantes en su entorno, como nuevos competidores, avances tecnológicos, cambios en las preferencias de los clientes o modificaciones en la regulación. Una reorganización puede ayudar a la empresa a adaptarse a estos cambios y mantener su competitividad en el mercado.
En algunos casos, una reorganización puede ser necesaria para reducir costos y mejorar la rentabilidad de la empresa. Esto puede implicar la consolidación de departamentos, la eliminación de funciones innecesarias o la optimización de los flujos de trabajo.
Una estructura organizativa bien diseñada puede facilitar la toma de decisiones y agilizar la comunicación dentro de la empresa. Una reorganización puede establecer líneas de reporte claras, empoderar a los empleados y mejorar la coordinación entre los diferentes equipos y departamentos.
A medida que una empresa crece y se expande, es posible que su estructura organizativa existente se vuelva inadecuada. Una reorganización puede ayudar a diseñar una estructura más escalable y flexible, que pueda adaptarse a medida que la empresa se expande a nuevos mercados o introduce nuevos productos y servicios.
El objetivo es sacar el máximo provecho de los recursos que posee la empresa en base a objetivos claros y precisos, de manera que mejoren y agilicen procesos de toma de decisiones, el liderazgo y la comunicación. Sin perder de vista los resultados económicos y el bienestar de todos los trabajadores. A través de un correcto proceso de reorganización es posible obtener los siguientes beneficios:
Reducción de costes innecesarios por exceso de personal o procesos ineficientes.
Mejora en la eficiencia de los procesos internos y por lo tanto un servicio o producto de mayor calidad.
Equilibrio en la distribución de la carga laboral de los trabajadores.
Fluidez en la comunicaciones internas y externas.
Efectividad y agilidad en la toma de decisiones.
Longevidad para la empresa.
Para lograr esto, existen tres estrategias principales para llevar a cabo la reorganización de una empresa que desemboque en éxito:
El significado estricto de Downsizing es “reducción de plantilla”, pero no es tan sencillo. Consiste en una estrategia que busca la reorganización o reestructuración de una empresa, reduciendo su personal y equipos, con el objetivo de mejorar los sistemas de trabajo, aumentar la productividad y mantener la competitividad en el mercado. Podemos definir dos tipos de downsizing:
Downsizing reactivo: Tiene lugar cuando la reestructuración se lleva a cabo sin haber realizado un estudio previo y como respuesta a los acontecimientos que se van dando en el mercado
Downsizing proactivo: La reestructuración de la plantilla tiene lugar tras un estudio y cálculo detallado que tiene como objetivo potenciar la productividad, eficiencia y competitividad de la empresa.
Entre las ventajas del downsizing, podemos mencionar:
Incremento de la productividad
Reducción de la burocracia
Mejora de la comunicación
Reducción de costes
Aunque sea de vital necesidad aplicar esta medida de reorganización en una empresa, nunca debe llevarse a cabo sin una planificación previa, ya que de esta forma evitaríamos la consecución de resultados nefastos y numerosos aspectos negativos, tales como:
Desmotivación de los trabajadores
Mantener la misma estrategia empresarial que estaba llevando a cabo antes del downsizing
Pérdida de capital social
El Resizing como la palabra lo indica, tiene que ver con replantearse si una reducción de plantilla ha sido la estrategia correcta, es por eso que suele ser la consecuencia de un Downsizing mal aplicado y que no ha obtenido los objetivos deseados, al contrario, ha afectado negativamente a la empresa u organización.
El redimensionamiento de la empresa no se refiere solo a plantilla, lo indicado es que se lleve a cabo de manera coherente a todos los niveles (físico, administrativo, financiero y recursos humanos), de modo que los cambios puedan verdaderamente repercutir en el alcance de la empresa y asegurarle una estabilidad financiera.
Como punto medio existe el Rightsizing, es decir “la correcta medida”. Que es una acción mucho más estratégica y mucho menos drástica que las dos anteriores. Una acción de Rightsizing puede requerir aumentar o disminuir la plantilla periódicamente o permanente para hacer frente a determinados picos de demanda, con el objetivo de mejorar la productividad.
El referente mundial en reorganización empresarial, es la histórica empresa tecnológica IBM, que ha demostrado no dudar en reorganizarse proactivamente cuando el mercado lo amerite. Registra unos 100.000 empleados despedidos o reubicados desde 1985, siendo la más reciente reorganización en 2015, con un Downsizing de 15.000 empleados en todo el mundo.
Martin Schroeter, director financiero de IBM, aseguró que estos cambios estaban dirigidos a “responder mejor a clientes que demandan soluciones cada vez más rápidas a sus problemas”. Asegurando también, que estas decisiones se habían tomado en torno a criterios de analítica, cloud, social media y movilidad; convirtiéndose en el referente que seguirían una gran cantidad de las empresas tecnológicas, lamentablemente no todas con los mismos resultados de un gigante como IBM.
De hecho, no se cuentan con suficientes casos de éxito para afirmar que las empresas que se someten a acciones de reducción de personal logren obtener mejores resultados que las que no, esto se debe a que es una medida, en la mayoría de los casos, reactiva. Es decir, una empresa que actúe premeditadamente y con una visión a futuro, no necesitará atravesar por un downsizing para mantener o incrementar su competitividad en el mercado, evitando así el riesgo que ello supone.
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