Muchos países apuestan por el transporte sostenible para garantizar cumplir con los objetivos energéticos en el año 2050.
El transporte sostenible se define como un sistema que contempla la movilización de personas o mercancías con bajo impacto ambiental, disminuyendo la carga de los vehículos particulares como medio de transporte y también la utilización de combustibles como fuente de energía.
Recientemente, Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, señaló que una cuarta parte de los gases de efecto invernadero que se generan mundialmente, están directamente relacionados con el transporte. El diplomático, señaló que la meta debe ser alcanzar emisiones cero a nivel mundial, a más tardar en el 2050.
Es común que las personas elijan su comodidad, por encima de medios de transporte sostenible que protegen total o parcialmente al medio ambiente, sin embargo, cada vez las propuestas están más pensadas en el usuario que a fin de cuentas es el encargado alcanzar de forma sistemática la adaptación al nuevo mundo de la movilidad. Hay muchas opciones que te permiten trasladarte de un sitio a otro con facilidad, y lo mejor de todo, la naturaleza no necesariamente se tiene que ver afectada por eso.
Dentro de los medios de transporte ecológicos podemos contemplar aquellos que cuentan con motor y los que no.
Es el primer vehículo que muchos tuvimos desde niños y es el medio de transporte sostenible por excelencia. Es utilizado cada vez con más frecuencia en el campo, o incluso en las urbes, y esto se debe a sus facilidades de uso, desplazamiento, mantenimiento, y aparcamiento.
La bicicleta no solo es un medio de transporte sostenible para el medio ambiente, sino que también quienes se desplazan con frecuencia en ella, aseguran que su salud mejora de forma considerable. Económicamente, evitan los costos de combustibles, y además, les sirve para hacer deporte, mantener condición física y evitar enfermedades cardiovasculares.
Ni siquiera es necesario contar con una bicicleta propia para desplazarse de forma personal y sostenible. Los gobiernos locales en muchos casos han implementado el préstamo o alquiler de equipos para que cualquier ciudadano tenga acceso a transportarse en bicicleta.
Pedalear es la forma común, sin embargo, en la actualidad hay excelentes modelos eléctricos que continúan siendo considerados como transporte sostenible.
Es muy popular en las grandes ciudades. La patineta eléctrica parece haber llegado para cambiar la forma de trasladarnos para siempre. Aunque las normas de circulación han provocado amplios debate en los gabinetes gubernamentales, su funcionamiento eléctrico es su principal bondad. No produce gases, por lo que no contribuye al efecto invernadero ni emite contaminación alguna. Sin duda, una gran opción para la movilidad urbana.
El transporte público generalmente provoca contaminación, sin embargo, al movilizar a gran cantidad de personas en un mismo viaje, reduce la utilización de vehículos particulares y por ende, la cantidad de gases efecto invernadero que estos puedan emitir.
Los tranvías, autobuses públicos y trenes son los principales medios de transporte público utilizados. Uno de los beneficios que más destacan los usuarios es su precio asequible y más aún, cuando los gobiernos se esfuerzan por diseñar planes y modalidades que en resumen hacen que viajar más, sea menos costoso.
Precisamente, al conocer su impacto sobre el medioambiente, las ciudades han procurado adquirir modelos híbridos, que den fe de sostenibilidad a corto y largo plazo.
Todos podemos aportar un grano de arena al medioambiente, esta es la premisa. Es cierto que no es necesario esperar por acciones gubernamentales para que desde la iniciativa personal se pueda lograr traslados sostenibles, aunque sabemos que muchas veces cambiar la rutina no es cosa fácil.
Planificar caminatas. Cuando las distancias no sean muy largas, ir caminando a ese lugar al que llegaremos en 20 minutos, no solo beneficia al medio ambiente sino también a nuestra salud.
Automóvil compartido: En caso de no poder prescindir de un vehículo para movilizarse, una acción sencilla puede ser compartir el traslado con vecinos o compañeros de trabajo con la misma ruta. Asimismo, concientizar la ruta, es decir, no andar a exceso de velocidad permite disminuir la cantidad de combustible a utilizar.
Movilidad pensada: Recorrer largos kilómetros en vehículos en busca de estacionamientos o lugares de aparcamiento es cosa del pasado. En la actualidad, existen diversas aplicaciones que permiten al usuario conocer el estado de las carreteras en tiempo real, a fin de buscar mejores alternativas para el aprovechamiento del combustible y también estos sistemas pueden indicar cuáles son los espacios libres para estacionar con la finalidad de evitar largas vueltas para la búsqueda de un espacio para tu vehículo.
En esta modalidad también podemos contemplar el carpooling, que no es más que el alquiler de vehículos dentro de una ciudad, a los que les asignan rutas específicas y puedes devolverlo en distintos puntos de la ciudad para no tener que llevarlos al lugar de partida.
Si hablamos de urbes modelos en transporte sostenible es necesario mencionar ciudades como: Ámsterdam, Seúl, Copenhague, Singapur y Zúrich.
Esta ciudad ocupa la primera posición en el Índice de Ciudades Sostenibles, y que sus sistemas de transporte responden a esfuerzos combinados para reducir significativamente la emisión de gases de efecto invernadero. Allí no solo es un deber moral utilizar la bicicleta u recursos alternos de transporte, sino que además es un placer.
Este lugar cuenta con alrededor de 400 kilómetros de ciclovía, que además añaden profundidad a los paisajes urbanos. Cientos de personas dejaron de lado los vehículos para desplazarse en bicicleta todo el año, pese al clima de invierno.
Implementar áreas peatonales, hacer una gestión más diligente del tráfico, renovar constantemente su flota de transporte y facilitar el alquiler de bicicletas, ha hecho que una población de más de 9 millones de personas, consideren el transporte alternativo como su rutina fija en pro del medio ambiente.
En esta ciudad, se han construido 350 km de carriles específicos, puentes peatonales e infraestructuras amigables para desplazarse a pie o en bicicleta. Además el sistema de recarga de vehículos eléctricos en numerosos puntos ha llevado a Copenhague a lograr su objetivo sostenible.
En el caso de América Latina, Bogotá, Colombia, cuenta con al menos 376 kilómetros de carriles para ciclistas. Montevideo, en Uruguay, contempla para sus ciudadanos 11,3 kilómetros de ciclovías permanentes y alrededor de 2,5 kilómetros de ciclovías recreativas.
Podemos concluir que muchos países apuestan por el transporte sostenible para garantizar cumplir con los objetivos energéticos en el año 2050.
Mundialmente los habitantes han entendido la necesidad de contribuir con el medio ambiente a través de acciones colectivas e individuales.
Decidir cuál es el transporte sostenible adecuado es muy personal, pero es importante conocer que existen diversas opciones y no poner excusas cuando se trata de hacer de éste un mundo menos contaminado.
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