La viga pretensada es un elemento constructivo fabricado a base de hormigón con una estructura prismática. Su principal característica es que se somete a tensiones aplicadas, antes de hormigonar, a través de su armadura de acero. Estos esfuerzos de compresión, introducidos de forma controlada, se consiguen gracias al uso de tendones de acero con una gran resistencia que pueden ir acompañados de alambres, barras o cordones. El objetivo en su fabricación es la introducción en la pieza de esfuerzos dirigidos en el sentido contrario a los que se van a producir en la construcción. Con la distensión, tiene lugar el anclaje al hormigón con la resistencia adecuada.
Tipologías de vigas pretensadas
Existen, básicamente, dos tipos de viga pretensada. A continuación, se repasan detenidamente.
- La viga pretensada autorresistente: es un tipo de viga capaz de resistir por sí solo los esfuerzos a los que es sometido en el forjado, sin necesidad de que intervenga el hormigón vertido.
- La viga pretensada semirresistente: se necesita recurrir al apuntalamiento para ejecutar el forjado. La cuantía de acero que se utiliza para su fabricación, así como las cargas predeterminadas de pretensado, determinan el nivel de este requerimiento estructural.
Todo ello, así como la longitud de estas vigas pretensadas, variará en función de cuáles sean las necesidades del proyecto. En cualquier caso, su principal función no es otra que soportar las cargas estructurales de forjado y transmitirlas hasta los apoyos. Este tipo de vigas se utiliza sobre todo en forjados sanitarios, en correas de naves industriales y en dinteles de ventanas y puertas.
Las vigas pretensadas frente a las vigas postensadas
Ambas soluciones tienen en común el proceso de hormigonado. Pero, en cada caso, este se realiza en un momento diferente.
- Vigas pretensadas: el hormigonado tiene lugar tras tensar las armaduras, y la fuerza se transfiere por adherencia. Cuando el hormigón está preparado, se cortan los alambres que sujetan las piezas.
- Vigas postensadas: el hormigonado es previo, de forma que se disponen varios conductos para alojar a las armaduras. Cuando el hormigón está listo, estas se sujetan a la viga.
Las ventajas de la viga pretensada
En líneas generales, la principal ventaja del uso de vigas pretensadas tiene que ver con su capacidad de tensado y su durabilidad. Teniendo en cuenta que se producen pérdidas en el tensado como consecuencia del paso del tiempo y de la existencia de fenómenos como la fluencia y la relajación, se hace necesario calcular con antelación el nivel de dichas pérdidas de modo que puedan compensarse.
En el caso de las vigas pretensadas, la incertidumbre a la hora de realizar esta evaluación es mucho menor. Además, es posible encontrar otras muchas ventajas en el uso de vigas pretensadas, entre las que destacan las siguientes.
Agilidad en la construcción
En una obra, la aplicación de vigas pretensadas logra atacar a la vez varios frentes, avanzando así con más rapidez. Además, su diseño facilita innumerables posibilidades en la construcción.
Mayor resistencia estructural
El pretensado que se ejerce sobre el hormigón dota al material de una gran resistencia. Así, los esfuerzos que ejercen las cargas de las estructuras constructivas se ven compensados por una potente acción compresiva interna.
Más durabilidad
Además, una viga pretensada es capaz de acabar con los agrietamientos y las fisuras de las diversas etapas. De ese modo se consigue aguantar impactos, cargas, golpes y vibraciones durante más tiempo.
Ahorro económico
Los materiales que conforman las vigas pretensadas, así como su propio diseño y capacidades, hacen que su uso sea muy rentable. Con ellas es posible aprovechar mucho más los espacios.
La viga pretensada es un elemento imprescindible en el desarrollo de cualquier obra o proyecto constructivo. En consecuencia, en Structuralia se ofrece una amplia formación especializada sobre el uso de este material.