En su definición más amplia, un dron es una aeronave no tripulada y pilotada por control remoto. Todos los conocemos, pero... ¿Qué pueden aportar estos aparatos a la ingeniería?
Las aplicaciones potenciales de los drones son ya más que evidentes: su versatilidad, su capacidad de volar bajo demanda (incluso en situaciones meteorológicas adversas) y la mejora en la resolución espacial de las observaciones, hacen que estos aparatos sean ideales para su uso en tareas relacionadas con las infraestructuras y la ingeniería.
De este modo, su presencia puede resultar muy útil en tareas de inspección de redes eléctricas, de puentes, de oleoductos o de aerogeneradores. Un sinfín de ejemplos que tienen en común el difícil acceso para el ser humano y en los que, gracias a esta nueva tecnología, se reducirán los tiempos de mantenimiento y costes.
Además, su aplicación en la obra civil va más allá de las tareas de mantenimiento, ya que la alta resolución de las cámaras portadas permite el levantamiento topográfico de detalle de cualquier construcción. En relación con esto último, cabe destacar su aportación al área de la cartografía geológica, capaz de realizar modelos digitales del terreno.
Así mismo, podrán cumplir una importante tarea de vigilancia y seguimiento del tráfico rodado, reportando avisos en caso de presenciar accidentes, tal y como indica el informe de la Fundación de la Energía de la Comunidad de Madrid, en la que se analizan "Los drones y sus aplicaciones a la Ingeniería Civil"
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