Aqualine Bahía de Tokio es una vía destinada a la circulación de vehículos por carretera que está compuesta por un puente y un túnel submarino, y que atraviesan la Bahía de Tokio, uniendo las ciudades de Kawasaki con Kisarazu, en Japón, existiendo una isla artificial en la unión de ambas construcciones.
La longitud total de esta hazaña de la ingeniería civil es de unos 15 kilómetros, lo que supone un ahorro de tiempo de viaje considerable entre ambos puntos. Si deseásemos realizar este desplazamiento por el camino alternativo la distancia recorrida sería de 100 kilómetros. Además de la reducción evidente de tiempo, se consigue descongestionar el centro de la capital japonesa.
Las longitudes del puente y del túnel son de 4,4 y 9,5 kilómetros, respectivamente. El gran volumen de tráfico de embarcaciones fue uno de los motivos para la construcción de un túnel submarino como parte de este gigante de la ingeniería.
El túnel que forma parte de la vía Aqualine es uno de los más grandes del mundo, atendiendo a las medidas de los diámetros de su sección transversal. El diámetro exterior del túnel es de casi 14 metros y el interior es de algo menos de 12 m.
La isla artificial se llama Umihotaru, y se ha equipado con áreas de descanso, restaurantes, tiendas y otros puntos de ocio. Esta isla dispone además de un mirador, pudiéndose observar en días despejados los montes Fuji y Tsukuba.
Además cuenta con otra isla artificial, conocida con el nombre de la Torre del Viento, que actúa como respiradero del túnel.
Las obras de construcción tuvieron una duración de 9 años. La inauguración fue celebrada en diciembre del año 1997. El coste para poder llevar a cabo Aqualine Bahía de Tokio fue de unos 11.200 millones de dólares, aproximadamente.