Ciudades romanas: Pompeya

05-sep-2025
Structuralia Blog

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La ciudad de Pompeya es uno de los yacimientos arqueológicos más fascinantes del mundo y una ventana única al pasado de la Antigua Roma. Su trágico final en el año 79 d.C., tras la erupción del Vesubio, dejó congelada en el tiempo la vida de miles de personas.

En la actualidad, gracias a su descubrimiento en 1748, miles de personas pueden recorrer sus calles, contemplar sus viviendas y comprender cómo era la vida cotidiana en una ciudad romana próspera que quedó sepultada bajo cenizas y piedra volcánica.

A lo largo de este artículo te contamos cómo era la vida en Pompeya antes del desastre y cuáles han sido los hallazgos más sorprendentes que siguen impactando a arqueólogos e historiadores en la actualidad.

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¿Quién construyó Pompeya?

El origen de Pompeya se remonta al siglo VII a.C., cuando los oscanos se asentaron en esta zona de la Campania Italiana. Posteriormente, la ciudad recibió influencias de etruscos y griegos, quienes aportaron conocimientos urbanísticos y arquitectónicos.

Fueron finalmente los romanos quienes convirtieron a Pompeya en una auténtica ciudad romana en el siglo I a.C., tras la Guerra Social. A partir de entonces se construyeron foros, templos, termas y sistema de abastecimiento de agua digno de la ingeniería avanzada. La ciudad de Pompeya se consolidó como un importante centro comercial y agrícola, reflejando el poder y la organización del imperio.

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¿Dónde está Pompeya?

Para quienes se preguntan dónde está Pompeya, se encuentra en el sur de Italia, en la región de Campania, muy cerca del golfo de Nápoles y al pie del volcán Vesubio. Su ubicación estratégica le permitió desarrollarse como un enclave económico vital en la Antigua Roma, aunque también fue su condena.

Hoy en día, Pompeya es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y uno de los sitios arqueológicos más visitados del mundo. Millones de turistas recorren sus calles pavimentadas, sus termas y villas, observando cómo la naturaleza y la historia se unieron en un destino único.

Urbanismo y arquitectura de Pompeya

Las calles de esta ciudad eran rectas y formaban una rejilla siguiendo el estilo del urbanismo romano, pero no se distribuyó en un plano regular como en el resto de ciudades romanas, ya que se encuentra ubicada en una zona con una orografía más irregular. Pompeya contaba con un cardo (calle con orientación norte-sur) y dos decumanos (calle con orientación este-oeste), y sus calles se encuentran pavimentadas con cierta pendiente para que el agua de las lluvias no formase charcos.

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El foro, que contaba con un espacio abierto de 145 metros de longitud por 38 de ancho, era el centro era el centro comercial y cívico de la ciudad, y en el caso de Pompeya, nos encontramos con otra singularidad respecto a otras ciudades de su época, al encontrarse ligeramente desplazado de la confluencia del cardo y el decumano. Además del foro, la ciudad tenía otros lugares públicos típicos de las ciudades romanas, como las termas y los templos.

De los restos conservados se comprobó que existían varios modelos de vivienda en la ciudad de Pompeya, que son reflejo de los distintos niveles de poder adquisitivo de los habitantes de esta ciudad. Por un lado podemos encontrar las viviendas de las familias más adineradas, construcciones unifamiliares que reciben el nombre de Domus. Otro tipo de residencias, las de la gente de clase media, se encontraban formando pequeñas comunidades de viviendas o insulae, que tenían unos corredores en torno a un patio o huerto, al que daban sus cubículum privados. Por último también existieron diferentes villas suburbanas, concebidas para el ocio o para explotaciones agroganaderas, alrededor de la ciudad.

Pompeya, como otras ciudades romanas, estaba dotada de un moderno sistema de gestión de aguas, canalizaciones, alcantarillado, contando con su Castellum Aquae, pero solo en una parte de la ciudad.

El urbanismo de Pompeya era una mezcla de planificación y adaptación al terreno irregular donde se asentaba.

Pompeya contaba con termas, teatros y templos dedicados a Júpiter, Apolo y Venus. Estas construcciones reflejaban la importancia de la vida pública y del ocio en la cultura romana.
El asombroso puente griego Rion-Antirion ,otra obra monumental que demuestra cómo la ingeniería de la Antigüedad sentó las bases de las grandes infraestructuras actuales.

Viviendas y vida cotidiana en Pompeya

Las excavaciones han permitido identificar diferentes tipos de viviendas, reflejo de la diversidad social de la ciudad.

  • Domus: grandes residencias unifamiliares de las élites, decoradas con frescos y mosaicos.
  • Insulae: bloques de viviendas colectivas para las clases medias, organizadas en torno a patios.
  • Villas suburbanas: residencias de recreo y fincas agrícolas situadas en las afueras.

El hallazgo en Pompeya de objetos cotidianos como utensilios de cocina, joyas o grafitis en las paredes nos muestra cómo era realmente la vida diaria en una ciudad romana activa y diversa.

¿Cuál es el hallazgo en Pompeya?

Uno de los aspectos más fascinantes de Pompeya son sus hallazgos arqueológicos. Se han descubierto frescos en perfecto estado, pan carbonizado, muebles, herramientas y hasta moldes de yeso que reproducen la silueta de sus habitantes en el momento de la erupción.

Estos hallazgos no solo tienen un valor histórico, sino que también permiten a los investigadores reconstruir con detalle la economía, las costumbres y hasta la alimentación de la época. El descubrimiento Pompeya es considerado una cápsula del tiempo incomparable.

Se estima que la ciudad de Pompeya tenía entre 20.000 y 25.000 habitantes en el momento de la erupción. Hoy, las ruinas permiten recorrer el foro, los templos y algunas viviendas decoradas con frescos originales.

Conclusión: legado de Pompeya en la historia

La ciudad de Pompeya es mucho más que un yacimiento arqueológico: es un testimonio vivo de la civilización romana. Sus calles, foros y viviendas ofrecen un relato único de la vida cotidiana en la Antigüedad.

Gracias a su hallazgo en Pompeya, hoy podemos comprender mejor cómo vivían, trabajaban y se relacionaban los romanos. Y lo más sorprendente es que cada excavación sigue aportando nuevos detalles, manteniendo vivo el interés en este lugar único.

Al igual que Pompeya nos conecta con la grandeza de la Roma antigua, la arquitectura moderna también encuentra inspiración en lo clásico. Un buen ejemplo es el edificio Flatiron, una columna griega convertida en rascacielos, que demuestra cómo los principios arquitectónicos de la Antigüedad siguen vigentes en obras icónicas de la actualidad.

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