El Viaducto de La Novena se ha inaugurado en la ciudad de Bucaramanga, Colombia, convirtiéndose en el más alto de toda América Latina y el más largo del país.
Esta singular estructura, diseñada por el ingeniero mexicano Jesús Manso Suárez, tiene una longitud de 550,8 metros, una anchura de 30 y una altura de 130. La obra ha tenido una duración de 53 meses y ha alcanzado un presupuesto superior a 134.000 millones de pesos (50 millones de euros). El puente conectará el centro de la ciudad con la Ciudadela Real y el barrio Mutis mejorando notablemente la movilidad.
Se trata de una estructura atirantada con un tablero apoyado sobre dos pilas centrales de 112 y 132 metros (52 y 72 metros desde cimientos hasta la rasante del tablero). Los tirantes son centrales, ya que esto lo hace mucho más atractivo a la vista. El viaducto consta de 6 carriles, cuenta con un vano central de casi 300 metros y simula en altura a un edificio de 40 plantas. La decisión de sólo utilizar dos apoyos se debe a que se encuentra en una reserva forestal y de esta forma se consigue un impacto mínimo sobre el medio ambiente.
Otro de los condicionanates que debía superar la estructura es su resistencia frente a los sismos, lo que ha influido mucho en el tipo de estructura a realizar. Tras estudiar varias soluciones se escogió hacer nudos rígidos en los enlaces pila-tablero-torre, lo que da lugar a un pórtico prolongado por los vanos laterales que se apoyan en los estribos. Además el viaducto no está sólo pensado con un fin funcional, sino para que represente un icono estético. Cuenta con 7.820 luminarias de LEDs que tienen la capacidad de cambiar de color, generando un hermoso espectáculo a la vista.