La consistencia del hormigón es uno de los factores que más influye en las capacidades mecánicas del hormigón. ¿Cómo podemos medirlo?
El hormigón es quizás el material más ampliamente usado en el sector de la construcción, pero al mismo tiempo es un material muy variable. Esto quiere decir que para cada uso, para cada obra, o para cada forma podemos obtener diferentes tipos de hormigón. Cuando se prescribe un hormigón, se hace con el siguiente formato T-R/C/TM/A (Tipo-Resistencia/Consistencia del Hormigón/Tamaño del Árido/Designación de Ambiente).
Este formato de descripción para los tipos de hormigón, viene recogido en el artículo 39.2 de la EHE-08, y así, debe venir reflejado tanto en los planos como en el pliego de prescripciones técnicas particulares del proyecto. En esta ocasión, nos enfocaremos sobre la variación que existe en la consistencia del hormigón.
La consistencia del hormigón se puede definir como la oposición que presenta la masa de hormigón en estado fresco a las deformaciones, es un indicador de la docilidad y es muy sensible a variaciones dependiendo del agua que contenga la masa. Para que sea funcional en la obra, un hormigón además de tener una consistencia adecuada debe poder cubrir los huecos de un encofrado y poder envolver correctamente las armaduras, tener una buena adherencia eliminando burbujas de aire dentro de la masa.
En conclusión, la consistencia del hormigón está estrictamente relacionada con la dosificación del mismo ya que de esta depende la cohesión de los distintos componentes, especialmente la cantidad de agua dentro de la mezcla. De ahí, que podamos decir que de la consistencia va a depender la densidad, la resistencia mecánica, la impermeabilidad, e incluso el acabado superficial del hormigón.
El principal método para medir la consistencia del hormigón, y el que viene respaldado por la EHE (Instrucción de Hormigón Estructural), es a través de su asiento utilizando el cono de Abrams (ensayo de revenimiento o slump test). Que se realiza colocando el molde con medidas estándar de forma cónica sobre una plancha de apoyo horizontal que viene relleno con la mezcla a evaluar, luego se retira verticalmente el molde dejando caer y expandir la mezcla sobre la plancha de hormigón.
La expansión de la mezcla sobre la plancha de acero es la que nos permitirá medir la consistencia del hormigón, este proceso se le llama medición del asentamiento. La medición se realiza en centímetros desde el eje central que ocupaba el molde en su posición original hasta el perímetro de la circunferencia marcada por la expansión de la mezcla. Posteriormente se compara la medida con las definidas por la EHE para conocer el tipo de consistencia que tiene la mezcla:
Así como el cono de Abrams, existen otros métodos para cuantificar la consistencia del hormigón como pueden ser: la esfera de Kelly, la prueba del factor de compactación, el vebe test y la prueba de fluidez en morteros. Éstos permiten a arquitectos e ingenieros conocer las características exactas de el tipo de hormigón que utilizarán en la construcción de una estructura.