Según la ONU, el 74% de los europeos vive en las grandes ciudades. Atendiendo a su estimación, el mencionado porcentaje, aumentará en los próximos años.
Con este panorama, el desafío al que se enfrentan es el de conseguir ser más inteligentes y habitables. Evitar el caos, proteger el medio ambiente o frenar los accidentes resulta imposible sin potenciar la movilidad sostenible. Pero, ¿a qué aspectos debemos atender para alcanzar el escenario pretendido?
Retos de la movilidad urbana en pro del medio ambiente
El desembarco de las bicicletas o la construcción de edificios sostenibles prueban que los vecinos están preparados para los cambios. La aparición del coche eléctrico y el esfuerzo de algunas ciudades por formular planes contra la polución así lo atestiguan. Estas soluciones resultan vitales, teniendo en cuenta que el sector del transporte es el mayor consumidor de energía y también el mayor emisor de CO2.
Pero, como sabes, aún hay camino por delante. Impulsar el compromiso medioambiental en lo que se refiere a la movilidad sustentable pasa por mejorar en estos apartados:
1. La necesidad de medición
¿Cuáles son los parámetros para calcular la movilidad de mercancías e individuos? Actualmente, falta por definir los indicadores de la movilidad. Y son necesarios para gestionar la lucha medioambiental de la manera adecuada.
Tampoco conocemos información precisa sobre la denominada ‘última milla’ de las personas. Este concepto describe las dificultades de los usuarios de transporte urbano para alcanzar su destino.
2. El compromiso medioambiental como estrategia de las empresas
La movilidad razonable debe formar parte de la estrategia de las organizaciones del futuro, no solo en lo referente a la logística, sino como un plan de Responsabilidad Social Corporativa. En este sentido, las empresas deberían analizar la huella de movilidad de sus empleados con políticas de RRHH. Además, si el impacto de la reducción del CO2 obtuviera un beneficio fiscal, el éxito de este desafío sería más viable.
3. La descarbonización y la calidad del aire
El tráfico, la elevada cuota de los automóviles diésel y el envejecimiento del parque automovilístico contribuyen a la contaminación atmosférica. Por eso, un reto ya en marcha es la implantación del uso del coche eléctrico. Asimismo, sería deseable aumentar el transporte en tren o en barco, mucho más eficiente y limpio.
4. La integración de componentes y dispositivos
El desarrollo de aplicaciones que solucionen las necesidades de movilidad debe continuar. La tecnología es la base del cambio. Entonces, la meta debe ser integrar esas apps con toda clase de dispositivos (sensores, cámaras, señales de telefonía…) en todo el país. A esa cadena de valor tienen que vincularse no solo los conductores o los ciclistas, sino también los peatones.
5. Armonización en la regulación
Seguro que ya conoces las medidas tomadas por Madrid y Barcelona en cuanto a movilidad urbana. Como habrás observado, existen divergencias relevantes entre ambos planes. El objetivo debe ser que exista una regulación conjunta que pueda aplicarse a las diversas necesidades del territorio español.
Como has comprobado, los retos de la movilidad sostenible van más allá de los beneficios medioambientales. Y la tecnología se convierte en el aliado más indicado para el cambio. La transformación está en marcha.