Es evidente que el modelo actual de consumo de energía no es sostenible a largo plazo, tanto por la futura escasez de combustibles fósiles como por la contaminación que estos generan.
Para dar una idea de la enorme dependencia que tenemos actualmente de las energías no renovables, en el año 2017 más del 85% de la electricidad primaria consumida a nivel mundial correspondía a estas fuentes.
Sin embargo, en los últimos años se ve claramente un cambio de tendencia hacia un modelo de generación eléctrica más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, en el que predomina la inversión en renovables.
Esta transformación se puede apreciar por ejemplo en el dato de inversión mundial en renovables, que supera los 300.000 millones de dólares por quinto año consecutivo, o la instalación de más de 120 GW de potencia nueva en el mundo.
A continuación vamos a centrarnos en el estado de las energías limpias en España y Latinoamérica, dos mercados que presentan un gran atractivo para los inversores.
Según datos ofrecidos por Red Eléctrica Española (REE), en el último año se han recibido solicitudes para la instalación de más de 87.000 megavatios de potencia, de los cuales 61.000 MW son fotovoltaicos y 24.000 eólicos.
Para dar un poco de contexto a esta cifra y entender su magnitud, la totalidad de potencia instalada en España en centrales eléctricas de cualquier tipo (carbón, nuclear, hidroeléctrica, etc) está en torno a los 100.000 MW.
Este notable incremento se debe principalmente a la reciente aparición de un nuevo mecanismo de financiación para proyectos energéticos, conocido como contrato a largo plazo de compra de energías o PPA con sus siglas en inglés.
Los PPA (Power Purchase Agreement) consisten en un acuerdo de compraventa de electricidad entre un generador y un comprador por un largo plazo de tiempo, asegurándose un precio de venta de energía estable. Con ellos se permite una mayor financiación que contribuye a la creación de las instalaciones.
Un ejemplo de proyecto en el que se ha utilizado este tipo de contratos recientemente, es en la construcción de la mayor planta fotovoltaica de Europa en Badajoz, que tendrá una potencia instalada de 500 megavatios.
Por último, también cabe destacar el aumento en el autoconsumo de energía solar en España. Desde el año 2016 y hasta 2018 se han triplicado los megavatios instalados, pasando de 55 a 236 MW, debiéndose esencialmente al descenso en el precio de los paneles y a las mayores facilidades de instalación.
Se estima que entre el 2011 y el 2030 en consumo de electricidad en Latinoamérica aumentará cerca de un 80%, asociado al aumento demográfico, a un mayor uso de aparatos eléctricos y a un crecimiento actividad industrial.
Debido a esto, será necesario que la región latinoamericana aumente de forma considerable su generación de electricidad, y según los datos de los últimos años, las energías limpias van a tener un papel muy importante en ello.
Un ejemplo de ello es el último Análisis del mercado de energías renovables en América Latina realizado por IRENA (International Renewable Energy Agency), en el que se indica que desde 2004 la inversión en energías limpias, sin incluir la hidroeléctrica, se ha multiplicado por once.
En consecuencia, son varios los países de la región que están liderando este crecimiento en la inversión y utilización de las energías limpias. A continuación destacamos algunos de ellos:
Durante los últimos cuatro años, Costa Rica ha sido capaz de generar más del 95% de su electricidad por medio de fuentes renovables, y además, llevarla al 99,4% del territorio del país.
Esto ha sido posible gracias a la apuesta del país por las energías limpias, añadiendo en los últimos años quince plantas al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) divididas en: siete eólicas, seis hidroeléctricas, una solar y una geotérmica.
Brasil ha liderado la implantación de renovables, llegando a concentrar más del 70% de la inversión de la región entre los años 2005 y 2009. Sin embargo, este dato se ha visto reducido en los últimos tiempos debido al aumento de inversión de países como México, Colombia o Perú.
En el año 2017, por ejemplo, se invirtieron más de 6.000 millones de dólares en energías limpias, lo que significó un crecimiento del 8% respecto al año anterior, destacando la eólica en la que se llevaron a cabo en torno a 360 proyectos.
Según el informe Climatescope 2018 elaborado por BloombergNEF, Chile es líder mundial en el uso e inversión de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), siendo esto posible por la implementación de políticas encaminadas al abandono del uso de carbón.
Chile cuenta, en el Desierto de Atacama, con más de 105.000 kilómetros cuadrados de considerada una de las superficies con más radiación del mundo, lo que le hace la localización perfecta para plantas solares.
Actualmente se están desarrollando varios proyectos interesantes en el país, como es el caso de la primera planta termosolar de Latinoamérica. La planta está situada en el Cerro Dominador, y tras su finalización, tendrá una potencia total de 210 MW.
En definitiva, y como se puede ver con los datos expuestos, el sector de las renovables seguirá la tendencia actual en los próximos años, y por ello presentará muchas oportunidades laborales a los profesionales especializados.
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