El Puente Forth se encuentra a 14 kilómetros de Edimburgo, Escocia, atravesando el fiordo de Forth, conectando el norte con el sur del país. Cumplió 125 años la semana pasada y gracias a su construcción se consiguieron evitar 45 kilómetros que había que recorrer por una desagradable y peligrosa orografía.
Se trata de un puente ferroviario en ménsula que tardó en diseñarse y construirse 7 años, con la dificultad añadida de que el puente debía ser lo suficientemente alto como para que los barcos pudiesen pasar por debajo de él. Dos proyectos previos al definitivo resultaron ser inviables: el primero debido a la profundidad de la capa de fango que ocupa el fondo del fiordo, 36 metros, lo que dificultaba mucho la construcción, y el segundo, un puente colgado que se podría haber llevado a cabo si no hubiesen nacido ciertos miedos como consecuencia del accidente en el puente sobre el río Tay.
En la época fue un gran reto de ingeniería: tiene una longitud de 2,5 kilómetros, apoyados sobre tres pilares, con parte de mampostería y de hierro, y se eleva 46 metros del nivel del agua. En su construcción se emplearon 4.600 trabajadores, más de 55.000 toneladas de acero y casi 19.000 metros cúbicos de granito. Cuenta con la desventaja de no estar construido en acero inoxidable, por lo que actualmente cada periodo de 20 años, aproximadamente, hay que aplicarle una capa de pintura.
Los trenes cruzan el puente a una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora, y no pueden atravesarlo dos simultáneamente. A lo largo del día soporta un tráfico de 200 de estos vehículos, a pesar de ser un puente de muchos años.
Full Proposal Tour from Network Rail on Vimeo.
S. Queensferry Bridge Walk Proposal from Network Rail on Vimeo.