Este puente, que se encarga de conectar las islas de Selandia y Fionia en Dinamarca, separadas por el estrecho Gran Belt, es el tercer puente colgante más largo del mundo y el mayor proyecto de construcción de este país.
La distancia entre los extremos del puente es de 16 kilómetros, con una longitud de tramo colgante de unos 1.625 metros, lo que le convierte en uno de los puentes de este tipo más largos de mundo, el tercero concretamente. Su altura es de 254 metros. Los trabajos de construcción de este impresionante puente comenzaron en el año 1988 y tuvieron una duración de 10 años, ya que las obras fueron interrumpidas por el temor de que la construcción del puente dañase el tráfico marítimo del estrecho Gran Belt.
El Gran Belt, al que también se le conoce con el nombre de puente de Oriente, fue diseñado por el estudio de arquitectura Dissing Weitling, eligiendo una infraestructura que permitiese el desplazamiento por carretera o por ferrocarril. Esto provoco que tuviera un coste de 21.400 millones de coronas danesas, lo que le ha convertido en la mayor obra de Dinamarca. La obra incluye un túnel submarino por el que la línea ferroviaria de doble vía cruza el estrecho.
Su construcción trajo consigo un gran beneficio para los habitantes daneses, ya que redujo en gran medida el tiempo de viaje empleado para llegar de una isla a otra. Antes el viaje en ferry podría durar cerca de una hora, ahora el tiempo empleado para viajar entre Selandia y Fionia ha quedado reducido a 10 minutos. Unos 27.000 vehículos atraviesan el puente Gran Belt al día, aunque en época estival esta cifra se dispara hasta los 40.000 vehículos diarios.