Publicado originalmente el 15 de julio 2019, actualizado el 26 de septiembre de 2024.
El proyecto del Corredor Ferroviario Bioceánico Central en Latinoamérica representa un gran avance para la región de manera sostenible.
El Corredor Ferroviario Bioceánico Central en Latinoamérica
En el Día Mundial de los Océanos, celebrado cada 8 de junio, nos sumergimos en la reflexión sobre la vital importancia de estos cuerpos de agua que cubren gran parte de nuestro planeta. Son el hogar de una increíble diversidad de vida y desempeñan un papel crucial en la regulación del clima y el sustento de millones de personas en todo el mundo. En este contexto, es imperativo destacar el papel fundamental de las infraestructuras que conectan continentes, en particular, el Corredor Ferroviario Bioceánico Central, una mega infraestructura que no solo representa un avance en la integración económica y social de las regiones que atraviesa, sino que también ofrece un modelo de desarrollo sostenible que respeta y protege nuestro medio ambiente marino y terrestre.
Recorrido del Corredor Ferroviario Bioceánico Central. Abi Bo
El corredor Ferroviario Bioceánico Central
El canal de Panamá supuso un hito histórico tanto para la ingeniería, debido al reto que entrañó su construcción, como para el comercio, al disminuir el tiempo de transporte marítimo al facilitar el paso del océano atlántico al océano pacífico evitando bordear América del Sur. El Corredor Ferroviario Bioceánico Central busca lograr el mismo objetivo, pero en este caso por medio terrestre, ya que con su construcción se pretende reducir el tiempo y aumentar la eficiencia en el transporte de mercancías, facilitando el comercio de los países latinoamericanos con el resto del mundo y, por ende, mejorando su economía.
Las negociaciones para la realización del proyecto entre Perú, Bolivia y Brasil están muy avanzadas y, una vez se llegue a un consenso entre los distintos países, se lanzaría la convocatoria pública internacional para el diseño y construcción de la obra.
Características del proyecto
Aunque el proyecto en cuestión aún no cuenta con un diseño final, inicialmente se estima que estaría compuesto por una línea ferroviaria con una longitud de 3.755 kilómetros, repartidos de la siguiente forma: 340 km en Perú, 1.894 km en Bolivia y 1.521 km en Brasil. Una vez terminada la construcción, el tren Bioceánico uniría el Puerto Santos, situado en Brasil, con el Puerto de Ilo en Perú, transportando más de 10 millones de toneladas de mercancías al año y a más de seis millones de viajeros.
Cabe destacar que Paraguay quiere tomar parte en este megaproyecto construyendo un enlace de unos 500 km que conectará el distrito de Carmelo Peralta, perteneciente al departamento de Alto Paraguay, con la ciudad de Roboré en Bolivia, por donde se prevé que pase el tren Bioceánico.
En busca de la financiación extranjera
Una de las principales dificultades que ha aparecido a la hora de llevar a cabo este ambicioso proyecto ha sido el importante coste económico que conlleva su construcción. La inversión requerida estaría en torno a los 10.000 y los 15.000 millones de dólares, lo que hace necesario recurrir a inversores extranjeros para realizarlo.
En este sentido han sido varios los países que han mostrado interés en invertir en el proyecto, como es el caso de un consorcio privado Suizo-Alemán, España, Italia o Rusia. Sin embargo, en las fases mas recientes de negociación, ha irrumpido con fuerza el interés de China, que en un principio descartó formar parte del proyecto por su elevado coste, estimado en 60.000 millones de dólares.
No obstante, tras verse notablemente reducida la inversión inicial necesaria para construirlo, China ha mostrado un gran interés en el tren Bioceánico debido a que es el principal destino de las exportaciones de Brasil y una vez puesto en servicio se reduciría en 25 días el transporte de materias primas entre ambos países.
¿Qué frena la construcción del Corredor Ferroviario Bioceánico Central?
Aunque el Corredor Ferroviario Bioceánico Central promete una serie de beneficios económicos y sociales, no está exento de desafíos y controversias. Entre los principales inconvenientes se encuentran los desafíos ambientales y sociales asociados con la construcción de la vía férrea a través de áreas sensibles, como selvas tropicales y hábitats de especies en peligro. Además, la financiación y la coordinación entre los países involucrados pueden ser difíciles de lograr. En cuanto a las últimas noticias, se informa que los avances en el proyecto continúan, aunque a un ritmo variable debido a los desafíos mencionados anteriormente. Se han realizado esfuerzos para abordar preocupaciones ambientales y sociales, pero persisten debates sobre la viabilidad y el impacto a largo plazo del proyecto.
Carteles de inicio de obra para el Corredor Ferroviario Bioceánico Central. JulianSastre
En conclusión, es crucial que abordemos proyectos como el Corredor Ferroviario Bioceánico Central con seriedad y consideración, reconociendo tanto sus potenciales beneficios como sus desafíos. Es fundamental que, en el marco del Día Mundial de los Océanos, elevemos la importancia de estas infraestructuras y nos comprometamos a garantizar que se desarrollen de manera sostenible y respetuosa con nuestro medio ambiente marino y terrestre. Al hacerlo, no solo promovemos la integración económica y social, sino que también contribuimos a la preservación y protección de nuestros océanos, asegurando un futuro más próspero y equitativo para las generaciones venideras.
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