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Elementos estructurales característicos de la arquitectura gótica

Escrito por Structuralia | 19-mar-2018

El estilo arquitectónico gótico se desarrolló en Europa Occidental durante los últimos siglos de la Edad Media. Surgió en la primera mitad del siglo XII en el norte de Francia, siendo la Basílica de Saint-Denis considerada como la primera manifestación de este tipo de arquitectura, y se prolongó en el tiempo hasta el siglo la eclosión del Renacimiento en Italia en el siglo XV. Si bien en algunas zonas de Europa central pervivió hasta bien entrado el siglo XVI.

Las principales características de la arquitectura gótica son la elevación en altura y la búsqueda de luz, que surgen en contraposición a su predecesor en el tiempo: el estilo Románico. En este post, te presentamos los principales elementos estructurales característicos de la arquitectura gótica.

Arco ojival

Sin duda, el arco ojival, también conocido como arco apuntado gótico, constituye uno de las principales señas de identidad de la arquitectura gótica. Un arco ojival está formado por dos tramos de arco simétricos que finalizan en un ángulo central en la clave. Su empleo se basa en que los arcos ojivales proporciona una mayor sensación de altura y verticalidad que el arco de medio punto, característico del estilo Románico.

 

Fotografía: Tama66 (Pixabay)

 

Bóveda de crucería

La bóveda de crucería es considerada como uno de los elementos estructurales diferenciadores de la arquitectura gótica. Una bóveda de crucería se genera por la intersección (cruce) de dos bóvedas de cañón dispuestas perpendicularmente en el espacio, de ahí su nombre. Generalmente, las bóvedas de crucería cuentan con nervios dispuestos diagonalmente que se cruzan en la clave.

La bóveda está integrada por dos elementos diferentes: los arcos y los plementos. Los primeros son los que le proporcionan el “esqueleto”, mientras que los segundos se encargan de cubrir el espacio entre arcos. La plementería suele ser de piedra o ladrillo. La bóveda de crucería permite la transmisión de los empujes generados por la estructura a los contrafuertes externos.

 

Fotografía: kirkandmimi (Pixabay)

 

Contrafuertes

Los contrafuertes son refuerzos verticales en el paramento de un muro, normalmente construidos hacia el exterior, los cuales sirven para aumentar su estabilidad y transmitir las cargas transversales a la cimentación. El origen histórico de los contrafuertes se fundamenta en la necesidad de soportar la componente horizontal de la carga que origina una bóveda.

 

Fotografía: RodneyBamford (Pixabay)

 

Arbotantes

Los arbotantes en la arquitectura son elementos estructurales con forma de medio arco situados en el exterior del edificio, cuya función es la transmisión del empuje de la bóveda al contrafuerte, el cual a su vez, lo transmitirá a la cimentación. El arco arbotante gótico es considerado uno de los principales sellos de identidad de la arquitectura gótica, junto con la bóveda de crucería y los arcos ojivales.

 

Fotografía: stux  (Pixabay)

Pináculos

El último de los elementos estructurales característicos de la arquitectura gótica es el pináculo, un remate en forma cónica o piramidal que corona el contrafuerte, cumpliendo una doble función: ornamental y estructural, ya que su peso estabiliza las fuerzas oblicuas procedentes de los arbotantes, centrando la fuerza vertical en los contrafuertes y contrarrestando los empujes laterales. Su empleo aporta, además, sensación visual de altura al edificio, al acabar en punta.

 

Fotografía: stux (Pixabay)