Ante la dificultad actual para encontrar zonas de terreno cuyas velocidades de viento sean óptimas y que aún estén por explotar, surge como solución la explotación de la energía eólica offshore, en la que, además, se obtienen rendimientos un 20% superiores que en tierra firme.
Con ello, alcanzamos un hito verdaderamente relevante en este ámbito: la primera central eólica marina flotante del mundo entra en funcionamiento. Este hecho se produce en aguas profundas, situadas a 25 kilómetros de las costas escocesas.
Durante el pasado mes de octubre, los 5 (impresionantes) aerogeneradores de la planta Hywind Scotland han sido conectados a la red, generando energía eléctrica suficiente para abastecer a más de 20.000 familias, gracias, en parte, a que cuenta con una altura superior a la de monumentos tan icónicos como la Estatua de la Libertad o el Big Ben.
Hasta ahora, las centrales eólicas marinas comerciales que actualmente operan, se han situado en enclaves cercanos a las costas, en aguas someras y con pilares clavados en el lecho marino, por lo que esta inauguración con elementos flotantes supone todo un hito histórico.
Se abre así una nueva forma de explotar este tipo de energía renovable que espera crecer notablemente en los próximos años. Según el director de Asuntos Públicos de WindEurope, la capacidad instalada actualmente en Europa supera los 14 gigavatios (GMW) y prevé un crecimiento constante hasta alcanzar los 25 GW en 2020; toda una oportunidad para la que debemos estar preparados.