#EllaEsSTEM: Rompiendo barreras y construyendo el futuro con datos y tecnologían¡
El sector STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) ha sido históricamente dominado por hombres, pero cada vez más mujeres están desafiando los estereotipos y dejando su huella en estas disciplinas. Sin embargo, la brecha de género sigue siendo una realidad, especialmente en el acceso a puestos de liderazgo y en la conciliación entre la vida profesional y personal. En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la diversidad en estos campos es clave para una innovación más inclusiva y efectiva.
En conmemoración del Día Internacional de la Mujer, Structuralia lanza la campaña #EllaEsSTEM, una iniciativa que busca dar visibilidad a mujeres referentes del sector a través de entrevistas con exalumnas y docentes que han marcado la diferencia en el ámbito STEM. Estas historias no solo inspiran, sino que también muestran los desafíos, oportunidades y el impacto de la presencia femenina en el sector.
En esta ocasión, conversamos con Carla Silva Otero, arquitecta por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Coruña y máster en Ciudades Inteligentes y Sostenibles (Smart Cities) por la Universidad Complutense de Madrid. Con una trayectoria especializada en la gestión de proyectos territoriales a través de datos espaciales, Carla ha trabajado tanto en el sector público como en el privado, participando en proyectos de renovación urbana en la Alcaldía de Ciudad de Panamá y en iniciativas de Edificios Inteligentes, Destinos Turísticos y Transición Ecológica para diversas entidades en España. Actualmente, desempeña su labor en Ineco como consultora en proyectos de rehabilitación urbana financiados con fondos europeos y es también Directora del Máster en Gestión de Smart Cities en Structuralia.
En esta entrevista, Carla nos comparte su camino en STEM, los retos que ha enfrentado como mujer en el sector, y su visión sobre el futuro de la tecnología y el urbanismo. Una historia de perseverancia, curiosidad y pasión por el conocimiento que demuestra que STEM también es un espacio para mujeres líderes y transformadoras.
¿Cómo describirías tu camino hasta llegar al sector STEM?
«Ha sido un camino bastante natural. En el colegio, prefería las matemáticas a otras asignaturas, así que me incliné por el camino de las ciencias. Más adelante, decidí estudiar Arquitectura y, a través de un profesor, descubrí la obra de Manuel Delgado sobre el espacio público. Ahí comenzó mi interés por la ciudad y su complejidad.
Comencé a trabajar en temas de urbanismo, lo que me llevó a conocer las posibilidades de los datos y, en particular, de los sistemas de información geográfica (GIS). Me sigue pareciendo fascinante la posibilidad de adoptar perspectivas más analíticas para comprender y actuar en la ciudad. Y en esas seguimos.»
¿Qué te motivó a elegir una carrera en ciencia y tecnología?
«Siempre he elegido mi camino con total libertad, sin estar condicionada por ideas preconcebidas sobre qué podía o debía hacer según mi género, posición económica o social. En mi familia apenas había personas con estudios universitarios, pero mis padres –y en especial mi madre– siempre me inculcaron la importancia de estudiar y aprovechar todas las oportunidades para construir un futuro mejor. Desde ese impulso y sin barreras autoimpuestas, elegir una carrera en ciencias fue lo más natural para mí.»
¿Cuáles han sido los principales desafíos que has encontrado en tu trayectoria profesional?
«En la vida profesional, sin embargo, sí he encontrado diferencias según género y posición. Es un tema sobre el que he reflexionado mucho, porque la realidad es que hombres y mujeres gozamos de oportunidades distintas en las carreras STEM y en general.
Uno de los mayores desafíos es el salarial: en general y según mi opinión, los hombres suelen autovalorarse mejor y negociar con más seguridad sus condiciones, lo que se traduce en sueldos más altos. Pero el reto más grande, en mi opinión, es la maternidad y todo lo que implica. No es nada fácil atravesar el embarazo, la recuperación de un parto, la lactancia, los primeros años de crianza y, al mismo tiempo, mantener un nivel de exigencia alto en el trabajo. Ahí es donde se produce la mayor brecha: muchas mujeres renuncian a prosperar en sus posiciones para cuidar a su familia.
Esta es una de las razones de una realidad innegable: muchas mujeres no llegan a altos cargos no por falta de talento o esfuerzo, sino porque el sistema no está diseñado para acompañarlas en ese proceso. Y esto repercute en la falta de referentes en altos cargos dentro de empresas tecnológicas, la universidad, entre otros ámbitos.»
¿Qué momentos han sido clave en tu carrera y te han impulsado a seguir adelante?
«Uno de los momentos clave fue emigrar en los primeros años de mi carrera. Esa experiencia me abrió puertas a proyectos a los que difícilmente habría accedido en España. Por eso, siempre animo a los recién graduados a buscar oportunidades en lugares donde el contexto sea más favorable para su desarrollo.»
¿Qué tipo de apoyos crees que son fundamentales para que más mujeres se desarrollen en STEM?
«Lo difícil no es estudiar una carrera en ciencias, sino hacer valer tu trabajo y crecer profesionalmente. Es fundamental cambiar la manera en que nos relacionamos en el ámbito laboral para que las voces femeninas sean respetadas y valoradas por igual.
También es clave garantizar una conciliación real, donde se reconozca el valor del trabajo de cuidados, que sigue recayendo mayoritariamente en las mujeres. La maternidad, o cuidar en general, es una experiencia que marca un antes y un después en la vida profesional, y en lugar de verse como un obstáculo, deberíamos encontrar maneras de aprovechar las habilidades que se desarrollan en ese proceso para enriquecer los entornos de trabajo.»
¿Cuáles son las oportunidades más interesantes que ves en el sector para el crecimiento profesional?
«El auge de la inteligencia artificial y el análisis de grandes volúmenes de datos espaciales abre nuevas puertas en la planificación urbana, la sostenibilidad y la gestión eficiente de los recursos. También veo una gran oportunidad en la intersección entre tecnología y políticas públicas: los datos no solo sirven para modelar la realidad, sino también para influir en la toma de decisiones estratégicas a nivel territorial y ambiental.
Comprender esto, conocer su potencialidad y aportar visiones más humanistas será clave en el futuro.«
¿Cómo ha cambiado tu percepción del sector desde que comenzaste hasta hoy?
«Cuando comencé, hacíamos estudios de movilidad casi contando coches a mano. Hoy eso es impensable. Las tecnologías de la información lo han cambiado todo. Ahora disponemos de una enorme cantidad de datos y, en muchas ocasiones, aún no sabemos bien cómo gestionarlos.
Lo positivo es que el acceso al conocimiento se ha democratizado enormemente. Además de las carreras universitarias, que no solo nos aportan conocimientos, sino también capacidad de pensamiento crítico y una comunidad, hoy existen muchísimos cursos gratuitos y recursos en línea que facilitan la actualización constante. Lo importante es mantenerse al día, porque el sector evoluciona rapidísimo.«
¿Qué mensaje te hubiera gustado escuchar cuando empezaste en STEM?
«Me hubiese gustado recibir formación en negociación y comunicación efectiva. Saber exponer tus ideas con claridad y seguridad es una habilidad clave que no siempre se enseña en las carreras técnicas, pero que marca una gran diferencia en el desarrollo profesional. Me hubiese gustado que alguien me explicase que no solo es importante es «hacer», si no también «comunicarlo». «
¿Qué habilidades crees que han sido clave para tu desarrollo en este sector?
«La curiosidad permanente. Tener ganas de aprender y de explorar nuevas herramientas es lo que te mantiene en movimiento y te abre oportunidades en el mundo STEM.»
¿Cómo imaginas el futuro de las mujeres en STEM?
«Cada vez se habla más de la importancia de las habilidades blandas o soft skills, y creo que eso está contribuyendo a construir entornos de trabajo más respetuosos, transparentes y empáticos. No diría que estas habilidades son exclusivamente femeninas, pero sin duda nos acercamos a un modelo más equitativo, en el que la diversidad de perspectivas se valore realmente.»
El camino de las mujeres en STEM está lleno de desafíos, pero también de enormes oportunidades para innovar y transformar el mundo. Historias como la de Carla Silva Otero nos recuerdan la importancia de la perseverancia, la curiosidad y la lucha por la equidad en el sector.
Desde Structuralia, seguimos apostando por dar visibilidad a mujeres referentes a través de la iniciativa #EllaEsSTEM, porque creemos que la diversidad es clave para el futuro de la ciencia y la tecnología. ¡Sigamos inspirando a más mujeres a sumarse a esta revolución!