El futuro de las metodologías ágiles y su importancia en la gestión de proyectos en cualquier proyecto o idea de negocio. No te pierdas esta entrevista.
¿Podrías contarnos brevemente en qué consiste tu trabajo actual y tu trayectoria?
"Soy emprendedor. Desde hace 14 años tengo mi propia empresa en Madrid.
Nos dedicamos a acelerar el proceso de transformación digital de nuestros clientes. En muchas ocasiones, los clientes creen que la transformación digital solo tiene que ver con lo digital (big data, blockchain, etc.), pero lo cierto es que la transformación va más allá de la tecnología. Nosotros somos el equipo que está detrás del método, no de la tecnología.
La tecnología se necesita para hacer algo, para vender un producto, para vender un servicio, para hacer un portal de ecommerce, para producir energía o para construir hoteles. Pero... ¿Cómo se utiliza? ¿Cómo se pueden mover las empresas en un contexto lleno de riesgos e incertidumbres?
Las empresas tienen que hacer un ejercicio importante de educarse, modificar su cultura y atreverse a trabajar con dudas y con falta de información. Ahí es dónde entramos nosotros. Ayudamos a implantar esta forma de pensar, de trabajar y de ser. Trabajamos con clientes conocidos, como Bankia, Endesa, Rocher, Caser Seguros, Mapfre, Mercedes, etc.
También soy formador por vocación. En Structuralia llevo unos 8 o 9 años; en el Westfield Business School, en Miami, desde hace unos 12 años; y también tengo algunos clientes en Austin (Texas).
Y remontándome a mi propia formación, estudié dos ingenierías. Pero nunca he sido informático, me gustaba la gestión. La parte técnica está bien, pero si no la sabemos potenciar, no sirve de nada. Y encontré mi nicho de mercado en la transformación digital".
¿Cómo definirías las metodologías ágiles en la gestión de proyectos?
"Antes de nada, lo has dicho muy bien, me gustaría recalcar que son las metodologías ágiles. Hay un enfoque ágil que tiene dos cosas: un proceso y una cultura.
Lo más importante es la cultura. Y el proceso depende de la industria. Para cada sector, hay una metodología.
Las metodologías ágiles son una forma de aplicar el enfoque ágil. Son la respuesta a qué pasa cuando tengo que arrancar un proyecto.
Un proyecto es una actividad que se define en un tiempo concreto. Por ejemplo, construir un hotel, hacer un puente, mandar una nave a la luna, crear una vacuna contra el covid, etc. Tengo que construir algo y no tengo todo el tiempo del mundo, sino que tengo un plazo y unos recursos.
Las metodologías ágiles son la forma plausible de enfrentarnos a ese proyecto cuando se tiene poca información, en un ambiente de incertidumbre.
Ser ágil no quiere decir ser inexacto. Haces el camino andando.
No sabes cómo acabar, pero arrancas. Una vez que empiezas vas obteniendo más información. Las planificaciones a largo plazo y detalladas no funcionan.
Los enfoques ágiles tienen horizontes progresivos, planificación iterativa progresiva. Varían en función de la información que se va obteniendo y aprendiendo. Y esto se trata de una transformación cultural.
En un contexto de transformación, digital o no digital, hay dudas, hay modificaciones, hay incertidumbre. Hay que aceptar que el alcance es líquido.
Las empresas que ya no están en el mercado no lo han aceptado.
En resumen, las metodologías ágiles son la respuesta natural a la parte de transformación en la transformación digital".
En tu caso... ¿Cómo te diste cuenta de que la formación te llenaba? ¿Cómo diste el paso para dar clase de forma continua?
"Lo que a mí me motivó de verdad fue darme cuenta de lo que no me enseñaron a mí.
Cuando yo emprendí, hace 14 años, ojalá hubiese tenido un apoyo real.
Sabía la parte técnica, pero no sabía cómo manejar la incertidumbre, cómo gestionar las expectativas, cómo preparar un concurso público.
Necesitamos que las escuelas llenen el hueco que existe entre la formación académica y la realidad, lo que hace falta en el mercado real".
¿Qué habilidades más concretas crees que se encuentran en la práctica?
"Hay una muy clara: el liderazgo facilitador.
Cuando se habla de gestión de proyectos, muchas veces se habla de gestores de proyectos. Esto se ha acabado.
El concepto de jefe o jefa de proyectos no tiene sentido. ¿Para qué necesitas a 11 personas trabajando y a 1 pensando? ¿No será mejor tener a las 12 pensando?
Ese perfil gestor, responsable del equipo, que se dedica a decirle a la gente qué tiene qué hacer ya no sirve.
Se necesita un perfil que se dedique a acompañar al equipo, a preguntarle en qué le puede ayudar, qué conflictos hay, qué material necesitan, qué formación precisan, con quién necesitan hablar. Eso es lo que se necesita y no se enseña en las universidades.
Un perfil técnico no sabe llevar un equipo. Llevar un equipo es entender que tienes a 12 personas totalmente distintas.
Hay que darle visibilidad a esto, es muy importante humanizar los proyectos porque en eso se basan: en personas".
¿Qué puede aportar el Design Thinking a las empresas?
"Hay gente que considera del Design Thinking una metodología, yo no estoy muy de acuerdo con esta definición.
Para mí Design Thinking es la respuesta al enfoque radical de que no solo tengo menos información de la que me gustaría para empezar, sino que no tengo ni idea de por dónde empezar. Aquí es dónde entra este enfoque radical. De hecho, es el enfoque ágil más radical.
Design Thinking equivale a “Yo tengo que hacer algo y no tengo ni idea de por dónde empezar”. Pues lo que tienes que hacer es empezar. Empiezas haciendo un dibujo (un prototipo) en una servilleta con tu cliente. Ahí vas a empezar a quitarle detalles a tu cliente.
Básicamente, es una forma de desbloquear conversaciones. Cuando estamos muy alejados del problema, tenemos que empezar un prototipado rápido y, luego, vamos iterando. Hay que ir enseñándole al cliente y adaptando. Después de mil cambios llegará un día en el que ese prototipo se materializa en un producto o servicio".
Las metodologías ágiles ayudan a poner un producto rápido en el mercado y testear su potencial... ¿Son para todas las empresas?
"La pregunta más adecuada sería: “¿de qué depende que aporte valor las metodologías ágiles?”
Yo creo que depende de la actitud de la empresa y de la actitud de las personas, no depende del tamaño de la empresa.
Por ejemplo, una startup que no sea ágil, no es una startup. Tiene éxito porque es ágil.
¿A una gran corporación le conviene? Supongo. Son monstruos tan grandes que no es posible que se agilicen en un día. Se trata de un proceso grande, que va por fases, donde se aplica escalado del enfoque ágil a gran escala. No depende del tamaño, pero depende de las personas y de la cultura corporativa.
Las personas que necesitan tener todo claro porque tienen miedo a equivocarse, no funcionan en estos entornos (y en cualquiera). En proyectos grandes no puedes ser todo lo ágil que quisieras.
Cada empresa tiene su punto óptimo. Hasta dónde me tengo que acercar para ser ágil o hasta dónde me conviene, eso es lo que tiene que encontrar cada empresa".
En general... ¿Crees que la gente joven tiene esa mentalidad ágil, líquida o no?
"Yo creo que sí. Los nativos digitales son nativos ágiles y no lo saben. Por ejemplo, nuestros hijos, cuando quieren algo, unas zapatillas de deporte, las quieren para ya. No entienden el “ya iremos en seis semanas a comprarlas”. Todo lo que es más tarde de mañana, va tarde. Aunque no tengan prisa, van a por lo inmediato. Esa personalidad se refleja el día de mañana cuando entren a trabajar, hayan estudiado lo que hayan estudiado.
Cuando esta generación nos empiece a sustituir a nosotros, se acabarán los enfoques tradicionales. Y las empresas que no se den cuenta de que los profesionales que vienen son así, se morirán.
De hecho, en los institutos hacen retos ágiles y no lo saben. Mi hijo, que acaba de terminar 4º de la ESO, ha estado haciendo un proyecto en el que cada semana tenía que reportar el punto de progreso. Eso es un mapa de producto mínimo viable. Así que cuando estos jóvenes empiezan en el mundo laboral, lo van a hacer así porque es cómo saben trabajar".
Y por último... Cuéntame un poco sobre el PMBOK
"PMBOK es un marco del Project Management Institute (PMI). Es un libro que refleja un marco de gestión de proyectos, que es un ejemplo radical de a dónde vamos.
Hoy en día, el PMBOK tiene dos partes: una tradicional, que la mantiene en cierto modo, y la ágil. Cada vez que reimprimen el libro, le quitan parte a la tradicional y se enfocan más en las metodologías ágiles.
El propio PMI se está dando cuenta de que la gestión de los proyectos que no sean ágiles no será posible".
Desde Structuralia agradecemos a Miguel Ángel Vera por su grandiosa aportación y disposición para poder realizar otra nueva interesante entrevista acera del veloz mundo de las metodologías ágiles.