Las regiones situadas alrededor del ecuador, a 0º de latitud, son calentadas por el sol con mayor incidencia que las zonas del resto del globo terráqueo. El aire caliente es menos denso que el aire frío, por lo que éste tenderá a subir hasta una altura aproximada de 10 km sobre la superficie, momento en el que se extenderá hacia el norte y hacia el sur, las zonas más frías. Esto se resume, en definitiva, en que el viento se genera por el calentamiento desigual sufrido por la Tierra, originando fenómenos denominados de divergencia y convergencia que se traducen en cambios de presiones.
Esta realidad científica ha sido aprovechada por el hombre durante miles de años, desde que los primeros barcos navegasen en Egipto aprovechando la fuerza del viento hace más de 4.500 años. Así, llegamos hasta nuestros días, en los que la técnica existente detrás de los grandes parques eólicos está desarrollada suficientemente como para convertirla en una de las fuentes de energía renovable más utilizadas en todo el mundo.
Ante la dificultad actual para encontrar zonas de terreno cuyas velocidades de viento sean óptimas y que aún estén por explotar, surge como solución la explotación de la energía eólica offshore, en la que, además, se obtienen rendimientos un 20% superiores que en tierra firme.
Con ello, el pasado mes de octubre se alcanzó un hito verdaderamente relevante en este ámbito: la primera central eólica marina flotante del mundo entró en funcionamiento. Este hecho se produjo en aguas profundas, situadas a 25 kilómetros de las costas escocesas.
Fue en este momento cuando los 5 colosales aerogeneradores de la planta Hywind Scotland se conectaron a la red, generando energía eléctrica suficiente para abastecer a más de 20.000 familias, gracias, en parte, a que cuenta con una altura superior a la de monumentos tan icónicos como la Estatua de la Libertad o el Big Ben.
Hasta ahora, las centrales eólicas marinas comerciales que actualmente operan, se han situado en enclaves cercanos a las costas, en aguas someras y con pilares clavados en el lecho marino, por lo que esta inauguración con elementos flotantes supone todo un hito histórico.
Se abre así una nueva forma de explotar este tipo de energía renovable que espera crecer notablemente en los próximos años. Según el director de Asuntos Públicos de WindEurope, la capacidad instalada actualmente en Europa supera los 14 gigavatios (GMW) y prevé un crecimiento constante hasta alcanzar los 25 GW en 2020; toda una oportunidad para la que debemos estar preparados.