El Puente de Jenny Garzón, más conocido con el nombre de Puente de Guadua, es el único puente peatonal de la ciudad de Bogotá construido en este material sostenible y renovable.
El puente de Jenny Garzón es menos contaminante gracias al empleo de la guadua. Fue construido para facilitar el cruce de dos carreteras muy transitadas, reduciéndose así la posibilidad de sufrir accidentes.
El puente, que está construido a una altura de unos 5,8 metros, aproximadamente, tiene una longitud de unos 45 m. y una anchura de 3 m. Cuando se finalizó su construcción y se realizaron las pruebas de carga, la estructura descendía 20 centímetros, obligando a cambiar los materiales que componían la cubierta y el tablero.
La construcción con este material, la guadua, trae consigo numerosos beneficios, como por ejemplo, no producir desechos tóxicos o su rápido crecimiento, que hace que la guadua se convierta en un material muy competitivo. Además, gracias a su flexibilidad se comportaría muy bien en caso de que se sufra un terremoto.