Edificios en altura, torres, rascacielos, distintas denominaciones para una tipología arquitectónica que gana cada vez más protagonismo y atestigua una auténtica carrera entre las economías más pujantes por alcanzar la cota más alta. China, Arabia Saudita y Emiratos Árabes son algunos de los países que alcanzarán altura en 2015 con cuatro torres singulares para las ciudades de Shanghái, Wuhan, Riyadh y Abu Dhabi.
La Torre de Shanghái alcanzará los 632 metros de altura, convirtiéndose en la más alta de China. Se compone de 9 cilindros apilados cuya sección va rotando a medida que se elevan. La fachada, de doble acristalamiento, reduce drásticamente la absorción de calor. La morfología del edificio ha sido pensada para disminuir la carga de viento y reducir la cantidad de acero necesaria en la estructura.
La torre del Wuhan Center llegará a los 438 metros. Su forma aerodinámica ha sido diseñada para reducir la resistencia al viento y las incisiones verticales de la fachada rompen la continuidad y eliminan el efecto vórtice.
La Torre del Capital Market Authority en Arabia Saudita tendrá 79 plantas y medirá 385 metros. La piel del edificio ha sido especialmente ideada para resistir el clima desértico a través de un sistema unificado de cerramiento y acristalamiento. Una combinación de aletas y paneles perforados triplica la eficiencia térmica de la fachada.
La Torre de la National Oil Company en Emiratos Árabes, con 342 metros, aspira a conseguir la certificación LEED Gold por su eficiencia energética. La elección de un prisma acristalado dentro de un marco macizo responde a la incidencia solar; mientras el pórtico protege las caras este y oeste, la fachada sur se reviste completamente de cristal fotovoltaico.