Imagen: jasonwoodhead23 (flickr)
Además, resulta un tanto curioso el hecho de que el Home Insurance Building, siendo considerado como el primer rascacielos de la historia, ni siquiera fuese el edificio más alto de la época en la ciudad de Chicago. De hecho, fue, precisamente, la incorporación del acero como material estructural lo que le valió semejante título y su paso a la posteridad, al suponer una profunda innovación tecnológica en la construcción del momento.
El Home Insurance Building contaba con una planta en forma rectangular y, al igual que sucede con el edificio Flatiron de Nueva York, del cual ya os hablábamos hace unas semanas en otro post , el diseño de su fachada se inspiraba en una columna griega clásica dividida en tres zonas, asemejables a la base, fuste y capitel de dichas columnas. El remate de superior del edificio, al igual que el del capitel de una columna, contaba con diferentes cornisas a modo de ornamentación.
El esquema estructural del edificio fue dividido en tres pórticos principales, los cuales a modo de pilares salientes, enfatizaban la similitud a una columna clásica corintia. Aunque la mayor parte de su estructura estaba compuesta por hierro forjado y hierro fundido, contaba con un marco de acero autoportante, que servía como sustento al edificio. Para el revestimiento de la fachada se empleó el ladrillo a modo de mampostería y el espacio que dejaba libre el uso del acero fue aprovechado para la incorporación de grandes áreas acristaladas en la fachada, tendencia que se impuso posteriormente en otros edificios, denominada como “chicago windows”.
El Home Insurance Building fue demolido en 1931 junto con otros edificios próximos para construir en Empire Field, a día de hoy conocido como LaSalle National Bank, dejando un gran legado para la arquitectura coetánea y posterior.