La capa de hormigón de limpieza se ha vuelto imprescindible en la cimentación de estructuras, gracias a su doble función.
Por lo general, se tiene la preconcepción de que el hormigón es utilizado en la construcción, sobre todo, para elementos estructurales, o en algunos casos como acabado o algún soporte para mobiliario. Pero nos encontramos con un material tan versátil y tán económico, que podemos utilizar variaciones, como el hormigón de limpieza, para aplicaciones más provisionales y de apoyo a otros elementos constructivos.
Podemos decir que este tipo de hormigón viene utilizado según la experiencia o las preferencias del encargado de la construcción, de hecho, no ha aparecido regulado en el código técnico de la construcción en España hasta 2008 (EHE 08). Aún así cada día es más utilizado en las construcciones como capa de nivelación y “sanitización” previa a la construcción del basamento estructural de cualquier edificio.
¿Qué es el Hormigón de limpieza?
Se le conoce como hormigón de limpieza a aquel hormigón que no tiene ningún tipo de función estructural, y que se aplica como una capa medianamente fina, entre unos 10 a 15 centímetros, que se hace antes de las zapatas y fundaciones. Normalmente se usa una mezcla de hormigón pobre en cemento, manejando proporciones cercanas a las 5 partes de áridos por cada parte de cemento, y se utilizan áridos que provienen de rocas machacadas, gravas rodadas y arenas.