El hormigón gunitado es una muestra más de las infinitas posibilidades que ofrece el hormigón, vale la pena conocerlo
Gracias a la versatilidad y a las casi infinitas posibilidades de transformar la mezcla del hormigón, este puede encontrar una amplia variedad de usos y técnicas para aplicarlo. Una de ellas, y de las más particulares, es el hormigón gunitado u hormigón proyectado; muy utilizada a forma de aditivo o de soporte para el terreno y para facilitar la construcción de otros elementos.
El término “gunitado” proviene del vocabulario anglosajón, específicamente del término “Gun” que significa “pistola” en español, haciendo referencia a la herramienta o maquinaria que se utiliza para proyectar el hormigón en esta técnica. Técnica que ya es bastante utilizada en la elaboración de piscinas, y que cada día gana más lugar en la fase de preparación de los taludes y las tierras para construir.
¿En qué consiste el hormigón gunitado?
Como se puede intuir, esta técnica consiste en proyectar el hormigón utilizando un “cañón” o manguera de alta presión sobre una superficie, regular o irregular, para crear una capa de hormigón que la regularice o la selle contra el agua. Creando una nueva superficie con una baja porosidad, con un espesor que puede ser muy bajo si así se requiere, o de lo contrario, de gran tamaño; siempre dependiendo de la cantidad de capas de hormigón gunitado que se aplique.
Contrario a lo que se puede esperar, aún aplicando una capa fina de este tipo de hormigón se obtiene una muy buena resistencia, sin utilizar ningún tipo de encofrado ni de armado en acero, aún así, se puede emplear una armado para casos de mayor exigencia. En contrapartida, se debe contar con aditivos que aceleren el fraguado el hormigón gunitado, para evitar que, por efectos de la gravedad, el hormigón se desplace antes de adherirse a la superficie.