La presa Hoover es una inmensa estructura que se encuentra en el curso del río Colorado, entre Arizona y Nevada, en Estados Unidos, y es considerada uno de los mayores logros de la ingeniería del siglo XX, siendo, además, la segunda presa más alta del país.
La construcción comenzó en el año 1931 y terminó 5 años después, en 1936, antes de lo que estaba previsto, y como consecuencia también se redujo el presupuesto inicial. Unas 21.000 personas trabajaron en la construcción de esta presa.
Para la construcción de la presa se utilizaron un total de 3,3 millones de metros cúbicos de hormigón. Nunca antes se había construido una estructura con un volumen tan grande de este material.
Durante la primera fase de su construcción fue necesario realizar cuatro túneles de más de 17 metros de diámetro para conseguir desviar el río y también dos diques para secar la zona previamente. En la construcción actuó potente maquinaria para la época, como excavadoras, remolques, tractores, grúas-orugas y otras máquinas para sacar el fango.
La mayor dificultad de la obra fue el enfriamiento del hormigón: la solución adoptada fue introducir finas tuberías de 2,5 centímetros de diámetros por las que circulaba el agua del río a unos 4 grados centígrados, acelerando el proceso de enfriamiento.
La presa tiene una altura de 220 metros, una longitud de 380 metros y un ancho de 200 metros. El motivo de su construcción fue controlar las inundaciones, evitando daños a las comunidades de la zona.
El nombre pensado en un principio para la presa fue Boulder, pero finalmente se llamo Hoover, en honor al presidente Herbert Hoover de los Estados Unidos. Ésta sigue atrayendo a muchísimos turistas de todo el mundo a pesar de que hayan pasado 80 años desde su construcción, siendo visitada por un millón de personas al año aproximadamente.